Luego de pasar un gran susto con la aparición de una culebrita que hizo acto de presencia en la casa de al lado, lo que provocó que aflorara el gran pánico que siento por esta especie, sentí que las rodillas se me aflojaban, y además tuve que hacer un gran esfuerzo para comer, ya pasadas muchas horas de mi horario normal.
Tratando de calmarme y volver a la normalidad, me puse a investigar y encontré en wikipedia lo siguiente: “La ofidiofobia es el miedo a las serpientes. Quienes padecen ofidiofobia no solo sienten el miedo al exponerse a una serpiente real, también son presas del pánico al contemplar serpientes de juguete o simplemente pensando en ellas”.
Buscando en mi infancia, nunca he encontrado, alguna razón para este pánico, aunque en ocasiones pienso que puede deberse a que en esos tiempos, cuando los padres se imaginaban que los hijos tenían parásitos luego de observar que sus barriguitas estaban infladas, procedían a darles unos remedios caseros, los cuales lograban que las lombrices salieran del cuerpo de los niños, totalmente vivas y con gran movimiento.
Con el paso de los años, siento que he logrado algunos progresos, pero no sé qué haría de encontrarme con una frente a frente.
Siento que perdí el control, tranqué todas las puertas y ventanas, mientras un vecino, con un pedazo de varilla, hacia todo lo posible por encontrarla, y la vecina, con sus niñas no paraba de vocear llena de terror.
Finalmente, la encontraron, escondida, debajo de unas piedras. Cuando pude oír que la mataron, pues, según los expertos, primero hay que “machacarle” la cabeza, asomé mi rostro aterrorizado y pude ver que el tamaño de la misma, no debió causar un terror tan grande, pero, qué le vamos a hacer, si el miedo es algo irracional.
Me produjo mucha pena cuando mi marido me dijo que le hubiese gustado decirle a la vecina que voceaba que no me dijera nada, pero ya ella, al igual que yo, estaba fuera de control.
Pido a Dios de todo corazón que jamás permita que se atraviese en mi camino una de ellas, por pequeña que sea. Como todo en la vida pasa, estoy segura de que este pánico, también lo hará.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)
*La autora es psicóloga clínica