Desde la desaparición física de Joaquín Balaguer, el conservadurismo dominicano no ha vuelto a tener un liderazgo con raigambre para unificar y reencauzar a ese sector, razón por la cual el alto empresariado ha tenido que anidar sus intereses económicos y políticos en partidos con linaje liberal.
Al propio Balaguer se le atribuye exorcizar al Partido Reformista para despojarlo de cruentos demonios afines al conservadurismo e inyectarle dosis de idealismo progresista, como las leyes agrarias, pero fue eso una estrategia para consolidar el dominio oligárquico.
No hace más de medio siglo que un partido liberal como el Revolucionario Dominicano (PRD) sufrió una división con la renuncia de su líder, Juan Bosch, quien fundó lo que en ese entonces sería un partido de izquierda moderada, el de la Liberación Dominicana.
Peña Gómez, definido por Bosch como “joven y fogoso líder”, encaminó al PRD al poder, en 1978, lo que se creía constituía una severa derrota del conservadurismo, dado que el presidente Antonio Guzmán, provenía del pensamiento liberal.
Ese fue un gobierno conservador con destellos liberales, la libertad de los presos políticos y el retorno de los exiliados y la despolitización relativa de las Fuerzas Armadas, pero el armazón del Estado permaneció en control del sector financiero, oligarquía agrícola y el gran comercio.
Después del gobierno del presidente Salvador Jorge Blanco, cuyas reformas económicas provocaron una gran poblada en abril de 1984, el doctor Balaguer retornó al poder con la bendición de una oligarquía que le retiró confianza a un PRD desordenado y tumultuoso.
No menciono a la burguesía como protagonista de esos gobiernos porque no fue clase gobernante, y todavía hoy carece de esa condición, pero sí hay que admitir que el presidente Balaguer fue líder de la oligarquía y deslumbró a amplios sectores de la baja pequeña burguesía pobre y muy pobre, incluido la franja campesina, heredada de Trujillo y de las Leyes Agrarias.
El Partido de la Liberación (PLD), construido por Bosch, cual fino artesano con insumo teórico de la sociología y la historia dominicana, ascendió al poder de la mano del ideólogo del Frente Oligárquico, al que el líder peledeista instó a combatir con su Tesis de Dictadura con Respaldo Popular.
El escenario electoral de hoy está matizado por la participación de tres partidos de raíces liberales que heredan liderazgo, enseñanza y praxis política de Bosch y Peña Gómez, algunos de los cuales tienen el compromiso de zafarse de las amarras oligárquicas.
Por Orión Mejía