Desde que inicié los trámites para obtener mi pensión, luego de años de ardua labor en el prestigioso ministerio al cual pertenecí, a cada momento, sentía deseos de escribir lo que significa este proceso y sus implicaciones, debido a que muchos seres humanos, quizás por desconocimiento, suelen considerarse inútiles.
Lamentablemente, esto se borró de mi mente, y sucedió, como decía alguien con quien trabajé: “El que petapierde ñea”, siendo esa su versión del dicho popular que afirma que “el que pestañea pierde”.
Hasta que hace unas horas retomé la idea, luego de que mi querido yerno me enviara un artículo, escrito por nuestro prestigioso psiquiatra, José Miguel Gómez, titulado: No jubiles tu cerebro.
En el mismo, explicaba muchas cosas, que en su momento pasaron por mi mente, pero jamás encontré las palabras precisas para escribir sobre el mismo, pero, al final, salí ganando porque aprendí de lo leído.
José Miguel Gómez señala que “El cerebro es un órgano social, que necesita reconectarse, aprender nuevas ocupaciones y nuevas experiencias. Necesita que lo estimulen, lo activen y lo mantengan enfocado en varias direcciones y necesidades”.
En mi caso personal, aunque no ha sido posible una preparación económica, debido a que, para las personas que durante toda su vida hemos sido asalariadas, es materialmente imposible retirarse con una fortuna. Sin embargo, pienso que hay muchos aspectos en los cuales los seres humanos se pueden ir preparando.
Mi primera profesión me permitió trabajar como contadora, pero siempre me sentí atraída por la psicología. Un día asistí a una jornada de motivación, y de allí salí con la firme determinación de estudiar esa nueva carrera.
Como ya mi cuerpo tenía muchos años, un superior inmediato se burlaba, diciéndome que los viejos no estudiaban.
A pocos meses de haber iniciado los estudios, tuve la oportunidad de trabajar en un área totalmente diferente, y en la cual,debía interactuar con personas, y, como al inicio, no había mucho trabajo, me surgió la idea de crear un blog, en el cual empecé escribiendo artículos sobre psicología, pero mi hijo me sugirió que escribiera sobre temas diversos, porque, según él, soy muy expresiva.
Así lo hice, y hoy, ya completado mi trámite de pensión, una de las cosas que más le agradezco a la vida, es haber desarrollado la habilidad de escribir artículos sencillos, con contenido humano, y que las personas que me leen, elogian siempre la profundidad que encierran en su contenido.
Repito con frecuencia que estoy pensionada, pero no de la vida, disfruto escribir, publicar mis artículos, escuchar música, bailar, ir al cine, conversar con seres humanos, sin importar la edad, comprar mucha ropa barata, de pacas, hacerme fotos casi a diario, y repetirme que soy una de las negras más hermosas del mundo.
En esta etapa, en la que recibo menos dinero, hay cosas que hacía que hoy no puedo, como es el caso de asistir a algunas presentaciones de artistas que me gustan, pero trato de divertirme con actividades que estén a mi nivel, y doy gracias a Dios, porque en su debido tiempo, me permitió hacerlo.
Los años no son un impedimento para recordar que viví y aún me queda mucho por vivir.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)
*La autora es psicóloga clínica