En mi A rajatabla anterior mencioné algunos referentes del periodismo bajo cuyos liderazgos se formó la generación de periodistas a la que pertenezco. También dije que ese tipo de magisterio ético y socialmente responsable escasea en estos días.
Me réferi a Juan Bosch, Mario Álvarez Dugan (Cuchito), Rafael Herrera, Radhamés Gómez Pepín, German Emilio Ornes, Rafael Molina Morillo y Freddy Gatón Arce, quienes desarrollaron una amplísima carrera profesional y todos fueron directores de periódicos.
De ese grupo, Bosch fue un notable líder político, expresidente de la República, y junto a Gatón Arce descollaron en diversas vertientes de la literatura, en tanto que Molina Morillo y Ornes, llegaron a desempeñar cargos diplomáticos, pero todos tienen en común que fueron maestros del periodismo.
Es obvio que la condición de referente profesional de estas personalidades nada tiene que ver con posiciones o preferencias políticas, harina de otro costal, porque lo que se resalta es el tipo de periodismo que asumieron y promovieron durante el periodo de construcción o consolidación democrática.
Bosch fundó Vanguardia del Pueblo, el más influyente periódico político del país, que se convirtió en valioso instrumento de educación y formación política y en escuela de una camada de periodistas que despuntaron en la prensa convencional. El Caribe, de Germán Ornes, fue un gran defensor del medio ambiente.
Molina Morillo fundó la revista Ahora, pilar en la lucha contra la represión política, cuyas instalaciones fueron blanco de un atentado terrorista que costó la vida a dos trabajadores de la prensa. Después creó el vespertino El Nacional, auténtico bastión de las libertades públicas.
El poeta Gatón Arce, primer director de El Nacional, ejerció en la práctica el tipo de periodismo valiente, objetivo, contestatario que transmitió a sus alumnos de la escuela de periodismo de la UASD. La democracia dominicana guarda deuda de gratitud por su reciedumbre moral y fortaleza ética.
Sobre Radhamés Gómez puedo hablar en primera persona, porque desde 1984 hasta el día de su fallecimiento, fungí bajo sus órdenes como reportero y editor, por lo que afirmo categóricamente que bajo su dirección El Nacional se convirtió en una de las tribunas democráticas más acendradas del periodismo continental.
Cuchito Álvarez instaló en el diario Hoy una auéntica peña de la democracia y asimismo, el periódico bajo su dirección, estuvo abierto de par en par a todas las corrientes de opinión, lo que también puede decirse de don Rafael Herrera, en Listín Diario, convertido en centro de resolución de conflictos políticos y sociales.
Por Orión Mejía