Un tiroteo de gran envergadura ha sacudido este jueves a la capital de la República Checa. Al menos 15 personas han muerto y 24 han resultado heridas, nueve de ellas muy graves, después de que un joven irrumpiese armado en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Carolina, situada en la plaza de Jan Palach, en pleno centro de Praga.
La policía ha informado de que el autor del ataque es un estudiante de la facultad y que su padre ha aparecido muerto en su localidad, en la región de Bohemia Central. El Gobierno checo ha descartado cualquier conexión con el “terrorismo internacional”.
Según la policía, no hay indicios de que el atacante tuviera cómplices. Las primeras informaciones apuntan a que el hombre se suicidó, aunque la policía también le disparó después.
Las autoridades no han confirmado la identidad del autor del ataque, pero trabaja con la hipótesis de que es una persona que estaba en búsqueda por una muerte en Hostoun, cerca de la ciudad de Kladno.
Los medios checos le identifican como David K. La policía de la región de Bohemia Central había informado de que buscaba a un joven nacido en 1999 en relación con la muerte violenta de un hombre del 68. Este sería el padre del autor del ataque de Praga, cuyo cadáver fue encontrado en su domicilio.
El número de víctimas convierte el tiroteo en uno de los más violentos que se recuerda recientemente en la Unión Europea y el más trágico de la historia reciente de la República Checa, según los medios locales.
En 2015, ocho personas murieron en Uherské Brod, y en 2019, un tiroteo en un hospital de Ostrava dejó seis víctimas. Según la policía, el atacante de este jueves se inspiró en un suceso similar ocurrido en el extranjero.
En el centro de Praga la policía ha acordonado la zona donde trabajan los equipos de emergencia y ha cortado el acceso al puente de Carlos. Imágenes compartidas en redes sociales muestran a personas huyendo a la carrera por el famoso puente.
Alena, una guía turística que prefiere no dar su apellido y que se encontraba trabajando con un grupo de cuatro personas por la zona, relata por teléfono la confusión que se ha vivido poco después del tiroteo, cuando los agentes han impedido el paso a una de las zonas más turísticas de una de las capitales europeas más visitadas.
Las autoridades también han desviado las rutas de los autobuses y tranvías de la zona, y han cerrado la estación de metro más cercana a la facultad.
Alena, que estudió Filología hispana en esa facultad, reconocía sentirse “en choque”. “Conozco la facultad, y a los profesores”, detalla, y se pregunta si alguno de ellos está entre los heridos. “Además tengo un amigo allí y no me responde”, añade nerviosa ya de camino a su casa.
“No quiero hacer comentarios sobre la motivación del tirador en este momento, seguimos trazando el mapa de la situación”, ha afirmado Rakusan, que ha avanzado que más tarde comparecerá junto a los responsables de las fuerzas de seguridad y el primer ministro, Petr Fiala. “La policía llegó al lugar en cuestión de minutos”, subrayó.
“Por el momento no se puede confirmar ninguna relación con el caso que se investiga en Klánovice”, ha afirmado. El ministro se refiere al suceso que ocurrió el pasado 15 de diciembre, cuando hubo un tiroteo con dos víctimas mortales, una de ellas un niño, en un bosque en el este de Praga.
Los testigos y estudiantes que se encontraban en la facultad relatan escenas de terror. Los responsables enviaron mensajes al personal para que se encerrasen en las aulas y no se movieran. “No vayan a ninguna parte, si están en las oficinas, ciérrenlas y coloquen muebles delante de la puerta, apaguen las luces”, decía el correo electrónico.
Un estudiante de Ciencias Políticas relató a la agencia de noticas checa, CTK, que decidió acudir a la facultad para aprovechar el último día en que la biblioteca iba a estar abierta antes de las vacaciones. Bartolomej Mrázek detalló que un policía armado les llamó desde el exterior a través de una ventana de la planta baja y les pidió que se escondieran inmediatamente.
El personal de la biblioteca reunió a medio centenar de estudiantes en una sala de informática sin ventanas, donde esperaron noticias de la policía.
La dirección de la Universidad Carolina ha instado a endurecer de manera inmediata las medidas de seguridad en los edificios universitarios, según ha informado en su página web.
Fuente: Reuters