Son momentos difíciles que forman parte del día a día de los seres humanos. Quien afirme que nunca se ha visto arropado por ese sentimiento, es el mentiroso más grande de la bolita del mundo y sus alrededores.
Sentirse en baja no es algo que deba hacernos pensar que somos desgraciados, en ocasiones, hasta puede ser parte de las soluciones, y podemos aprender que es muy negativo acumular tristezas.
Siempre que sintamos que el mundo se nos viene encima, que nunca lograremos salir del hoyo en que nos encontramos, es el momento adecuado para acudir a alguien en quien confiemos, que nos pueda escuchar y ayudar, puede ser un amigo, un sacerdote, en fin, alguien que nos comprenda. Es sano aceptar que necesitamos ayuda y tratar de conseguir la forma de desahogarnos.
Si no buscamos la manera de sacar todo lo que nos provoca ese dolor, nos resultará imposible generar ideas y soluciones para salir a flote.
Ahora bien, si la tristeza persiste a pesar de haber hecho esfuerzos más allá de lo humano, consulte de manera inmediata a un profesional de la conducta.
Siempre es posible salir a flote de cualquier situación emocional, por difícil que sea. Nunca debemos darnos por vencidos.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)