Muchas veces me sorprendo a mí misma, mientras con toda sinceridad, afirmo que tengo corazón de barrio, pero no soy una barrial.
Traté de hallar las diferencias entre ambos conceptos, consulté a papá Google, pero, al no poder encontrarlas, me lancé a escribir de acuerdo a mi criterio.
Desde muy pequeñita, por las condiciones económicas en las cuales me crié, tan precarias, que obligaban a mi difunta, pero a diario recordada madre, a tener que buscar el sustento lavando y planchando en casas de personas adineradas.
Siempre vivimos en los patios de barrios populares de la capital, pues, escasamente, eso era lo que ella podía pagar.
Viviendo rodeada de personas sin formación, sin estudios, capaces de pronunciar las palabras más vulgares, sin importar la presencia de niños, mi madre supo formarme en valores, costear mis estudios, crear conciencia en mí, de que lo único que marcaba la diferencia entre los seres humanos, eran los conocimientos, a pesar de que ella apenas conocía algunas letras.
Hoy, con dos profesiones y otros estudios adicionales, contrario a muchas personas, que menosprecian los barrios, afirmo, con toda sinceridad, aunque posiblemente a otros les moleste, que me gusta vivir en mi barrio.
Hago esta afirmación, debido a que necesito sentir que tengo gente a mi alrededor, no soporto estar sola y encerrada, y me encanta recibir muchos saludos, y saber que,ante cualquier emergencia, al primer grito, vendrán corriendo los vecinos más cercanos.
Todos los problemas, en los barrios, tienen solución, para cada uno, existe la persona capaz de resolverlo, y si te llevas bien con ellos, aunque guardes tu distancia, cualquier “tiguere” del barrio acude solícito, al primer llamado que le hagas.
Finalmente, la experiencia vivida me permite distinguir entre tener corazón de barrio y ser barrial. El primer concepto, ya lo definí, y para mí, el segundo, se refiere a una persona vulgar, que no cree en los estudios, y que, además, por su manera de comportarse, se le etiqueta como alguien incapaz de superarse. Definitivamente, se puede vivir en un barrio, sin ser barrial.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)