Rusia abrió hoy un caso penal contra un reportero de la cadena estadounidense CNN por cruzar ilegalmente la frontera para cubrir la incursión fronteriza ucraniana en la región de Kursk.
El Servicio Federal de Seguridad (FSB) acusa al periodista británico de la CNN Nick Paton Walsh de realizar en compañía de dos reporteros ucranianos un reportaje en la localidad rusa de Sudzha, bajo control enemigo desde la pasada semana.
En virtud del artículo 322 del código penal ruso, Walsh podría ser condenado a hasta cinco años de cárcel por cruzar la frontera sin autorización. Por ese motivo, el FSB adelantó que el ciudadano británico también será declarado en breve en busca y captura internacional.
El FSB ya abrió este domingo una causa penal contra los periodistas Simone Traini y Stefania Battistini, quienes también realizaron un reportaje para el Tg1, el principal telediario de la cadena estatal RAI.
Al igual que el equipo de la CNN, esos dos reporteros también cruzaron la frontera rusa en compañía de militares ucranianos. Tras la emisión del reportaje, el Ministerio de Exteriores de Rusia convocó a la embajadora de Italia en Moscú, Cecilia Piccioni, para protestar por la presencia ilegal de sus periodistas en territorio ruso.
Moscú hizo lo mismo esta semana con la encargada de negocios de Estados Unidos en Moscú, Stephanie Holmes, ante la que denunció “las acciones provocadoras de periodistas estadounidenses que entraron ilegalmente en la región de Kursk”.
Según Moscú, los reporteros estadounidenses entraron en Rusia para “cubrir de forma propagandística los crímenes del régimen de Kiev”. La portavoz de Exteriores, María Zajárova, confirmó la víspera que dichos reporteros no se dirigieron a las correspondientes legaciones diplomáticas rusas para solicitar un visado.
El ejército ucraniano, que protagonizó la incursión fronteriza el pasado 6 de agosto, dice controlar cerca de un centenar de localidades y más de 1.200 kilómetros cuadrados de territorio en la región de Kursk.