Moca, Espaillat.-El licenciado Julio César Inoa, vocero del Frente Amplio de Lucha Popular (FALPO), expresó su profunda indignación ante la actitud ambivalente y complaciente de los regidores de la Sala Capitular del Ayuntamiento de Moca, con la tierra fértil y productiva del municipio.
Inoa dijo que la población percibe a estos funcionarios municipales como negociantes que están violando la Ley 368-22 sobre el Ordenamiento Territorial, permitiendo que la tierra fértil del municipio se convierta en bloques, varillas y cemento.
Inoa subrayó que la transformación de tierras agrícolas en terrenos urbanizados representa una amenaza grave para el futuro agrícola de Moca. «No tenemos quien nos defienda».
Afirmó que las decisiones tomadas por los regidores están poniendo en peligro la capacidad de las futuras generaciones para cultivar productos esenciales como guineos, plátanos, yucas y batatas.
La falta de acción por parte de las autoridades locales es vista como un abandono a los intereses de los agricultores y a la seguridad alimentaria de la comunidad.
La Ley 368-22, establece directrices claras para el uso del suelo y el ordenamiento territorial, con el objetivo de proteger las tierras fértiles y promover un desarrollo sostenible. Sin embargo, Inoa señala que los regidores de Moca, han mostrado una falta de compromiso con estas normativas, permitiendo que se prioricen intereses personales y comerciales sobre el bienestar colectivo.
«Estamos aquí para despertar a la población sobre esta problemática», agregó.
Como organización popular, FALPO está asumiendo un papel proactivo en la defensa de los recursos naturales y agrícolas del municipio. Inoa hizo un llamado a los ciudadanos para que se unan en la lucha por proteger su tierra.
«Es fundamental que todos comprendamos que lo que está en juego es nuestro futuro. Si seguimos permitiendo que nuestros terrenos sean destruidos, las próximas generaciones no tendrán nada donde sembrar», advirtió.
La voz del FALPO es un llamado a la acción para todos los mocanos: defender su tierra es defender su futuro. La comunidad debe unirse para garantizar que las decisiones políticas no comprometan su legado agrícola ni su seguridad alimentaria.
Por Luis Ramón López