La República Democrática Federal de Etiopía, antiguamente conocida como Abisinia, es uno de los 44 países del mundo que carecen de salida al mar, la que perdió al declararse la independencia de Eritrea en 1993, situada en el cuerno de África, es el segundo país más poblado de ese continente (126 millones, 527 mil 064 habitantes), su capital Adís Abeba será la sede de la Conferencia Mundial sin Hambre.
Más de mil 500 participantes se reunirán la primera semana de noviembre, en este evento organizado por el gobierno etíope con la colaboración de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), la Unión Africana y el correspondiente apoyo técnico de la organización de la ONU para la alimentación y la agricultura (FAO).
En la Conferencia Mundial sin Hambre participaran jefes de Estado, responsables políticos, instituciones financieras internacionales, empresas privadas, científicos destacados, agencias de la ONU, entre otros y se debatirá sobre el mayor desafío de este tiempo, la lucha contra el hambre aprovechando la tecnología, la innovación, y la inversión en el sector alimentario y agrícola.
Con el tema de “Movilización de inversiones para iniciativas de seguridad alimentaria sostenible”, el objetivo principal del foro será crear una plataforma dinámica para que los gobiernos, las pequeñas y medianas empresas (mipymes) y las de nueva creación presenten a inversores potenciales proyectos centrados en lograr un mundo sin hambre y un compromiso renovado a adoptar y aplicar políticas que apoyen a los pequeños productores.
En un momento en que el hambre afecta a millones de personas y las crisis climáticas y económicas dificultan el acceso a los alimentos, la Conferencia Mundial sin Hambre representa una oportunidad crítica para que el mundo actúe de manera coordinada y efectiva promoviendo la sostenibilidad y el aumento de la resiliencia de los sistemas alimentarios en los países más vulnerables.
Al comentar el tema el ministro de Industria de Etiopía, Melaku Alebel, señaló que, “la inversión sostenible en agronegocios y sistemas alimentarios debe ser el centro de las acciones gubernamentales si se quiere alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible de un mundo sin hambre”, advirtiendo que, “los recientes avances en esa lucha se revirtieron debido a nuevos desafíos como la desaceleración de las economías, la crisis medioambiental y los conflictos”.
La Conferencia Mundial sin Hambre tiene el compromiso y la urgencia de actuar ante una problemática global que exige respuestas integradas y un compromiso renovado, los líderes que participan en esta conferencia, están llamados a adoptar políticas dirigidas al desarrollo de infraestructura, la innovación y la digitalización, el cambio climático, la transición energética y el comercio justo.
La Conferencia Mundial sin Hambre no solo debe servir para el intercambio de conocimientos y experiencias, sino también como un foro para que los participantes puedan comprometerse públicamente con planes y acciones concretas. para reducir el hambre y crear sistemas alimentarios inclusivos y sostenibles, ante una problemática global que exige respuestas integradas y un compromiso renovado.
Por otra parte, el director de Agronegocios e infraestructura de la ONUDI Dejene Tezera afirmo que el Hambre esta lejo de terminar y señaló que, “Invertir en agro industrialización es fundamental para desbloquear prácticas agrícolas sostenibles y construir sistemas alimentarios resilientes en el esfuerzo por resolver el problema del hambre en el mundo”.
Este importante evento que se realiza en Africa, región del planeta donde más rápido crece el hambre y que según las previsiones para 2030, se estima que 433 millones de personas en el continente pasarán hambre y miles de niños sufren la falta de comida a causa de sequías y conflictos armados, como los de Somalia o Sudán del Sur, necesita la atención responsable de sus lideres.
La inseguridad alimentaria crece en muchas partes del mundo La desnutrición hace estragos en más de 90 millones de niños menores de cinco años, muchos de los cuales viven en campos de refugiados,la mayoría de las personas que sufren hambre viven en situación de desigualdad, pobreza o pobreza extrema con ingresos de menos de 1 euro al día, lo que les limita el acceso a una alimentación adecuada.
La Conferencia mundial sin Hambre deberá ser un foro de alto nivel, que prepare el escenario para debatir y hacer compromisos reales en la lucha contra las desigualdades, la pobreza y la seguridad alimentaria y una buena y efectiva coordinación internacional para enfrentar los grandes desafíos y buscar soluciones mediante acuerdos y planes contra la lucha global contra el hambre.
Por Luis Fernández
El autor es político, escritor y comunicador