En círculos políticos y económicos de España se discute y se investiga la facilidad con que sus ciudadanos empresarios adquieren la residencia y ciudadanía dominicanas y registran sus negocios.
Desde que se instaló el primer gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), hemos visto con asombro que personajes infaustos del empresariado internacional se han instalado en la República Dominicana con suma facilidad.
Un ejemplo indigno es la forma de cómo se coló en nuestra sociedad privilegiada el señor Arturo del Tiempo, quien, sin poseer fortuna ni prestigio, se presentó como un gran empresario y hasta llegó a ser nombrado en un estamento de nuestra seguridad interna.
Periodistas y analistas políticos de España muestran preocupación por las facilidades dadas a extranjeros, específicamente a miembros de partidos políticos y a empresarios ligados al narcotráfico, evasión de impuestos, cuentas bancarias no claras y diferentes tipos de movimientos económicos disfrazados de inversionistas en el área del turismo, un renglón de la economía dominicana que avanza avasallante en el Caribe.
En los medios digitales, televisivos e impresos de España se habla constantemente de lo indulgente del sistema impositivo dominicano con los proyectos inmobiliarios y financieros extranjeros, donde existen ventanillas únicas para el registro de empresas, arrimos portuarios y trámites aduanales sin escollos.
Entre los requisitos de fácil acceso a los que los inversionistas extranjeros acuden, dentro del ámbito de la ley 479-08, de sociedades económicas y comerciales, que fue modificada por la Ley 31-11 de fecha 11 de febrero de 2011, están, registrar su empresa en la Cámara de Comercio y Producción correspondiente al área del país donde decide establecerse y obtener el correspondiente número de Identificación Tributaria (NIT), en la Dirección General de Impuestos Internos (DGII).
Las sucursales donde se registran son la oficina de Santo Domingo, Santiago, La Romana, Punta Cana y las de retención de impuestos en las Zonas Francas, bajo la Ley 8-90 sobre Fomento a las inversiones y las registran generalmente en la modalidad de Empresa Individual de Responsabilidad Limitada (EIRL), por ser de dueño único, sin limitación de asociados, el órgano administrativo es simple, es decir, un gerente, el capital autorizado es mínimo y el capital suscrito y pagado no es necesario.
De ahí que, por ser tan simple registrarse, los españoles usan la ventanilla de Empresa Individual de Responsabilidad Limitada (EIRL), donde no se va a hacer cola ni sufrir vejaciones como las sufren los medianos y pequeños empresarios nacionales.
Los demás trámites corresponden a compañías de carpeta, que se encuentran debidamente registradas y promueven su entrada en vigor en menos de 48 horas, sin mayores inconvenientes legales.
Nos Vigilan desde España
Los inversionistas sospechosos en España de formar parte de redes de narcotráfico, evasión de impuestos, están unidos de alguna forma al sistema de operación o movimiento de capitales no declarados en Panamá y legalmente están judicializados bajo el operativo antilavado llamado Panamá Papers, de cuya vinculación muchas empresas locales de la República Dominicana guardan relación parecida al del cordón umbilical de la madre con su criatura.
Tal es el caso, que la misma Cámara Oficial de Comercio de España en República Dominicana estimó que solo en el pasado año 2023, el grueso de la nueva inversión española en el país caribeño se situó en un poco más de US$ 362 millones, en su conversión desde el valor del Euro y se observó un incremento en el comercio bilateral entre ambas naciones, inversiones éstas que en nada contrastan con las operaciones dolosas que dañan y obligan al descrédito de las relaciones comerciales leales entre ambas naciones.
Tales afirmaciones están contenidas en las memorias del 2023, en Asamblea encabezada por el honorable embajador de España en la República Dominicana, Antonio Pérez Hernández (Paco Pérez) y presidente de honor de la Cámara.
Aunque los periodistas y economistas productores de programas en medios digitales en YouTube y canales de televisión la hayan emprendido contra estos capitalistas, no dejan enunciado el interés real de la “fuga” de capitales hacia la República Dominicana y la tildan de paraíso fiscal, acusación digna de investigar, pero que en nada se parece a Panamá y otras naciones caribeñas ancladas en el sistema oportunista que promueve el blanqueo de divisas. Los Papeles de Panamá tienen tantas manchas, que tiñen de gris el panorama económico legal de las inversiones.
República Dominicana está de moda. Claro, es un paraíso fiscal. De acuerdo con organismos internacionales, las relaciones en el plano económico entre España y República Dominicana se mantienen fuertes. Pero, la relación tóxica entre ambos de espaldas a las leyes debilita el Euro, fortalece el peso dominicano y mantiene en jaque al dólar estadounidense.
Por Carlos Ricardo Fondeur Moronta (carlosricardofondeurmoronta@gmail.com)
El autor es periodista, residente en Santiago de los Caballeros, República Dominicana.