Hace unos días, se me dañó el microondas, como para mí es un electrodoméstico de uso diario, contraté los servicios de un joven de confianza, quien funciona como delivery. El mismo hace cualquier diligencia, en un motor, de manera rápida y con toda la profesionalidad del mundo.
Luego de ubicar el lugar apropiado, procedió a llevarlo, creyendo la promesa de que iba a estar al otro día, en horas de la mañana.
Cuando se presentó a la hora indicada, el negocio estaba cerrado, y una persona que estaba afuera comentó: ese debe estar “resacao”. En buen dominicano, borracho.
Otro caso, es el de una mujer que vende comida, cuyo negocio es tan próspero, que los clientes hacen fila, para probar su exquisito sazón, pero un día, le introdujo tanto alcohol a su cuerpo, que no pudo pararse de la cama, y necesito, ser auxiliada de emergencia en la venta de ese día.
Como siempre investigando, son innumerables las consecuencias de la ingesta sin control, de este líquido en nuestro organismo, dentro de estas, tenemos que puede dañar el corazón, el hígado, y también provocar arritmias cardíacas.
Todas esas consecuencias son mortales para los individuos, pero independientemente, hay una que no sale en ninguna muestra médica, y es la credibilidad, pues es difícil que una persona, que dirige un negocio próspero, una vez la pierde, los clientes dejan de confiar en él, y es muy alto el porcentaje de posibilidades, de que este se derrumbe y el dueño caiga en la bancarrota.
En mi caso, pensaría dos veces antes de utilizar los servicios de ese negocio, a pesar de que con el microondas, hizo un trabajo excelente. ¡Ojo, el alcohol no puede ser quien tenga el control!
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)