El gigante farmacéutico británico AstraZeneca inició una ambiciosa producción aún cuando todavía no se sabe si la vacuna dará resultados. Optimista, la compañía espera repartir cientos de millones de dosis para septiembre.
AstraZeneca ya elabora la vacuna experimental AZD1222 en fábricas de la India, Oxford, Suiza y Noruega. Y, según anunció la empresa con sede en Cambridge, espera haber distribuido cientos de millones de dosis de la vacuna este año y al menos 2.000 millones a mediados de 2021.
La compañía reveló, además, que ya ha firmado acuerdos para producir 400 millones de dosis para los EEUU y 100 millones para el Reino Unido. Gran Bretaña se comprometió a pagar por las dosis “lo antes posible”, y desde el Gobierno de Boris Johnson esperan que un tercio de las vacunas estén listas en cuatro meses.
Tras una fase inicial de pruebas en 160 voluntarios sanos de entre 18 y 55 años, el estudio del AZD1222 de la Universidad de Oxford pasó a las fases dos y tres, lo que supone aumentar las pruebas hasta 10.260 personas y ampliar el rango de edad de los voluntarios para incluir a los niños y los ancianos.
Según detalló The Daily Mail, Pascal Soriot, director ejecutivo de AstraZeneca, explicó que han empezando a fabricar la vacuna ahora mismo para tenerla lista para cuando haya resultados. “Por supuesto, con esta decisión viene un riesgo, pero es un riesgo financiero”, agregó.
Soriot aseguró que AstraZeneca no obtendrá ningún beneficio del suministro de la vacuna: «Sentimos que hay momentos en la vida en que las corporaciones necesitan dar un paso adelante y contribuir a resolver un gran problema como éste, así que decidimos hacerlo sin ánimo de lucro». Sin embargo, explicó, esto sólo durará hasta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) baje oficialmente la crisis del nivel de «pandemia global».
Pruebas en Brasil
La posible vacuna contra la COVID-19 en la que trabajan científicos de la Universidad inglesa de Oxford será probada en Brasil por el nivel de infección en ese país y a fin de determinar su eficacia, informó «The Times».
Expertos del Instituto Jenner de esa universidad empezaron a desarrollar la vacuna el pasado mes de enero en chimpancés, y actualmente están trabajando en las fases clínicas. Ante la disminución de los casos de coronavirus en el Reino Unido, los científicos necesitan un lugar con más alta infección del virus para demostrar si es o no efectiva. Soriot reveló que el mayor problema ahora es que “la enfermedad está bajando”, por lo que “están buscando el mal en muchas partes del mundo”.
Brasil, en efecto, apoyará la iniciativa con 2.000 voluntarios que no entraron en contacto con la enfermedad, tanto en Río como en San Pablo, las dos ciudades más afectadas por la pandemia en el país sudamericano. Así, será parte del plan global de desarrollo de vacunas y será el primer país en llevar a cabo las pruebas de Oxford después del Reino Unido.
El procedimiento fue aprobado por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) y, en San Pablo, los estudios serán dirigidos por el Centro de Referencia para Inmunobiológicos Especiales (Crie) de la Universidad Federal del estado (Unifesp). La vacuna producida por la universidad británica fue incluida en un estudio realizado por el banco de inversión Morgan Stanley, que mapeó 110 búsquedas de una fórmula inmunizante, y se considera que es una de las seis candidatas más prometedoras para curar la enfermedad que afecta al planeta.
La idea es que el estudio aleatorizado evalue la seguridad y la eficacia del inmunizador. La agencia, por su parte, señaló que los ensayos clínicos en humanos realizados bajo el sello británico demostraron ser seguros. La infraestructura médica y los equipos serán financiados por la Fundación Lemann, y los primeros mil voluntarios, de San Pablo, serán reclutados por Unifesp; mientras que las otras 1.000 personas serán parte de la prueba en Río de Janeiro.
Según los últimos datos oficiales del Ministerio de Salud, el Reino Unido comunicó el jueves 176 nuevas muertes por COVID-19, hasta un total de 39.904 desde que comenzó la pandemia.
Ayer, países, empresas y entidades de todo el mundo se comprometieron a aportar 8.800 millones de dólares en cinco años a la Alianza Mundial para la Inmunización y la Vacunación (GAVI), para impulsar la vacunación infantil en países en desarrollo y la lucha contra la COVID-19.