El presidente estadounidense Donald Trump aceptará formalmente este jueves la candidatura del Partido Republicano para su reelección advirtiendo sobre el «caos» que supondría la llegada del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca el 3 de noviembre.
En un Estados Unidos en carne viva por la pandemia del coronavirus y las tensiones raciales, Trump cerrará una Convención Nacional Republicana celebrada en gran parte en formato virtual, pero que nunca dejó de ser un espectáculo sobre Trump.
Y lo es más que nunca esta noche, cuando los jardines de la Casa Blanca se transformaron en plataforma política. Más de mil invitados esperaban la llegada triunfal del mandatario a un estrado repleto de banderas estadounidenses con dos pantallas gigantes con los nombres de Trump y su vicepresidente, Mike Pence, y el lema «¡Haz que Estados Unidos vuelva a ser grande!» brillando en la noche.
El escenario generó críticas por desdibujar las líneas tradicionalmente respetadas entre las funciones del presidente y los actos del candidato. Pero Trump desestimó todo cuestionamiento ético.
Fuegos artificiales pondrán fin a la velada después de que, durante cuatro días, un desfile de acólitos elogió a Trump como un virtuoso económico, defensor de la vida y de Dios, y firme en la aplicación de la ley y el rechazo al «socialismo».
«Restaurar la LEY y el ORDEN»
Pero la segunda nominación del magnate republicano, de 74 años, llega en medio de una crisis sanitaria, económica y social sin precedentes, con unos 180.000 muertos por convid-19, 10,2% de desempleo, y masivas manifestaciones contra el racismo y la brutalidad policial.
Las protestas, salpicadas por actos de violencia, tienen en vilo a Kenosha, una pequeña ciudad en Wisconsin, donde el domingo un policía blanco le disparó por la espalda a un joven negro, Jacob Blake. Y el miércoles, un adolescente blanco, supuestamente partidario de Trump, fue detenido sospechoso de matar a dos personas y herir gravemente a una tercera durante enfrentamientos la noche del martes.
Mientras los demócratas han denunciado «racismo sistémico» en las fuerzas policiales, Trump prometió «restaurar la LEY y el ORDEN».
«Las diez ciudades más peligrosas de los Estados Unidos están TODAS dirigidas por demócratas, ¡y esto ha sido así por DÉCADAS!», tuiteó poco antes de su discurso, sin mencionar hasta ahora lo ocurrido a Blake.
Trump, que días atrás se presentó como «el único que se interpone entre el sueño americano y la anarquía, la locura y el caos totales», insistirá seguramente en esta retórica.
«Señor presidente, ¡haga que estemos seguros de nuevo!», urgió el exalcalde de Nueva York y asesor de Trump, Rudy Giuliani, en un encendido discurso en la convención.
«Leña al fuego»
Cientos de manifestantes del movimiento «Black Lives Matter» (Las vidas negras importan) se habían reunido la tarde del jueves frente a la Casa Blanca para expresar su cólera y exigir la salida de Trump.
«Tenemos que sacar a Trump, tenemos que destruir el sistema completo. Necesitamos una revolución», dijo Keherra Wedderburn, de 18 años, al ritmo de tambores y cantos de «Trump/Pence fuera ahora».
Biden, que tiene el reto de canalizar ese enojo, denunció más temprano lo que considera una explotación cínica de sucesos trágicos por parte del presidente.
«En lugar de buscar calmar las aguas, agrega leña al fuego. La violencia no es un problema para él, es una estrategia política», dijo Biden en una declaración. «Y cuanto más, mejor para él».
Su compañera de fórmula, Kamala Harris, deploró que el presidente no haya cumplido con su deber de proteger a los estadounidenses.
Aseguró que «siempre defenderá» a los manifestantes pacíficos, pero no a «los que saquean y cometen actos de violencia». También advirtió contra hacer justicia por mano propia, una alusión velada al adolescente arrestado.
¿El virus? ¿Qué virus?
Sin distanciamiento social, pocos invitados con tapabocas: en los jardines de la Casa Blanca todo parecía montado para reforzar la idea, contrariamente al consenso científico, de que la pandemia ya es algo en gran medida del pasado.
El mensaje de Trump sobre la covid-19 genera especial expectativa, dado que estuvo casi totalmente ausente de la convención excepto por las palabras de compasión de la primera dama, Melania, quien reconoció el martes el impacto del «enemigo invisible» y el dolor y angustia que ha generado.
La otra voz que habló de la preocupación del presidente sobre la covid-19 fue su hija mayor y asesora, Ivanka, quien presentó a su padre en un apologético discurso en el que pidió ?cuatro años más?.
Rezagado en las encuestas en estados clave para ganar la elección, y con 58,2% de los estadounidenses no conformes con su manejo de la covid-19, según el sitio web FiveThirtyEight.com, no sorprenderá que Trump saque un conejo de la galera cuando hable esta noche flanqueado de banderas estadounidenses en la Casa Blanca.
Se espera que Trump anuncie la compra de 150 millones de pruebas rápidas de covid-19 como parte de un acuerdo con el grupo farmacéutico Abbott por un total de 750 millones de dólares, dijo a la AFP un funcionario estadounidense.
Fuente: AFP