Una de las tantas y fabulosas historias sobre el origen del ajedrez –inicialmente descrito con el nombre de Chaturanga–, cuenta acerca de un brahmán o sabio sacerdote del hinduismo, quién habría inventado ese pasatiempo fascinante para demostrar a un monarca que, el rey, aun cuando personifica la pieza principal, nada puede hacer si no recibe ayuda de las demás piezas del tablero.
Este ejemplo, situado en retrospectiva para enunciar un aspecto del también llamado «juego ciencia», surge a propósito de la configuración del gabinete gubernamental que acompañará durante su mandato al presidente de la república, Luis Abinader, quien depositó su confianza en un grupo selecto de personas que, tales cuales piezas de ajedrez, deberán enfrentar al temible oponente que azota al país.
El ajedrez, es un deporte de estrategias que incluye a dos competidores en un juego de mesa compuesto por un tablero de recuadros o escaques y una diversidad de piezas: el rey, la reina, los alfiles, los caballos, las torres y los peones; cada una con un valor singular y un propósito marcado que define su actuación, en donde, además, coincide un fin común que va desde proteger al rey, hasta vencer al adversario.
De igual forma, el gobierno, en su rol de autoridad reguladora de los procesos que atañen a la sociedad, mantiene un enfrentamiento en contra del fenómeno de la pobreza, la desigualdad y la exclusión; por lo cual, emplea diversas herramientas institucionales que realizan distintas tareas en procura de ayudar al mandatario de turno en su estrategia de administrar y dar “jaque mate» a los grandes desafíos que enfrenta para consolidar un Estado, social y democrático de derechos.
En el ajedrez, la pieza más valiosa e indispensable para ganar una batalla –además del rey–, es aquella cuyo valor intrínseco radica en su capacidad para articular movimientos certeros que impactan positivamente en distintas direcciones, dominando al oponente con acciones determinantes que menguan su avance y garantizan el cumplimiento del objetivo principal de la partida.
Esta reflexión metafórica surge a propósito de una avaluación al desempeño del dirigente político y funcionario público, Víctor –Ito– Bisonó, quien, en el cumplimiento de sus nuevas responsabilidades como titular del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), ha logrado conjugar diversos aspectos de la dinámica institucional, para convertir su accionar en un elemento resiliente catalizador de la voluntad expresa del presidente de la república.
En medio de un escenario totalmente adverso, cargado de graves dificultades y múltiples desafíos, producto de la terrible crisis sanitaria y recesión económica que sacuden al país, Ito Bisonó, está demostrando que posee suficiente capacidad para manejar las variables de la crisis y devolver tranquilidad y estabilidad, a los distintos sectores que componen el aparato productivo nacional.
En tiempo récord, a través del MICM, ha motorizado decenas de reuniones y acuerdos de cooperación, con diversas instituciones, públicas y privadas, para relanzar el comercio e iniciar un ciclo de apertura gradual de la producción nacional, enfocada a conquistar la meta propuesta por el gobierno de crear unos 600 mil, nuevos empleos.
En ese sentido, está dando pasos en la dirección de proteger y dar soporte económico, a la micro, pequeña y mediana empresa (Mipymes), que mediante el Fondo de Contrapartida Financiera para el Desarrollo del Emprendimiento (CONFIE), contará con RD$75 millones de pesos, a los cuales, podrán acezar mediante un plan de negocios que estaría cerrando una brecha en la cadena de financiamiento a los emprendedores.
Igualmente, en su carrera hacia la reactivación económica, Ito, ha establecido metas y compromisos con representantes de asociaciones cárnicas; la industria del tabaco; la industria del calzado; la industria textil; las zonas francas; la agroindustria; la agropecuaria; el sector eléctrico; el sector de las comunicaciones y las tecnologías, entre otros, para abordar oportunidades de negocios e incentivar un proceso de capacitación, asistencia técnica y certificación de la calidad industrial.
En otro orden, consciente del importante papel que desempeña para la economía local, la actividad comercial de la zona fronteriza, el MICM, está explorando mecanismos para crear incentivos fiscales que permitirán establecer empresas en esa región, abaratando costos para modernizar, renovar y adquirir nuevas maquinarias, que adecuen sus procesos de producción.
Por último, se crearon comisiones que trabajan en la readecuación de la Ley No. 542-14, sobre Competitividad e Innovación Industrial, para promover un mejor manejo de las políticas de calidad, adaptando nuestros productos, servicios y procesos, a los estándares internacionales que convertirán a la Republica Dominicana, en una marca país, para conquistar nuevos mercados y estrechar relaciones comerciales, industriales y empresariales con la región del Caribe y el resto del mundo.
Finalmente, en poco más de dos meses, Ito Bisonó, ha convertido su gestión en un extraordinario ejemplo de capacidad y eficiencia, para servir a las mejores causas del país, al enfrentar con valentía cada uno de los obstáculos que se presentan en el camino, convirtiéndose en una pieza de gran valor para el gobierno del presidente Luis Abinader.
Por Fitzgerald Tejada Martínez