Santo Domingo.- Acción Empresarial por la Educación (EDUCA), abogó por un retorno parcial y progresivo de la presencialidad educativa en la zona del país que sea posible, fundamentada en que las propuestas relegadas únicamente al trabajo a distancia – independientemente de la tecnología que la sostenga – reducen los aprendizajes, y ensanchan exponencialmente las desigualdades inherentes a la estructura social.
Señala que Francia, España y Uruguay, entre otras naciones, comprobaron la experiencia durante las etapas de confinamiento de la pandemia, y hoy se rehúsan a cerrar las escuelas, pese a las segundas olas más agresivas en términos de contagio.
“En esencia, se trata de mitigar los riesgos, tomar precauciones y atenerse a protocolos basados en la evidencia científica, de hecho, Educa presentó al país en el mes de junio una metodología para el retorno progresivo a las aulas -Principios y lineamientos para el año escolar 2020-2021- como insumo para la discusión del tema”, expone Darwin Caraballo, director ejecutivo de Educa, en un análisis sobre el tema, en la Nota de trabajo #53, El imprescindible retorno a la presencialidad.
Las Notas de Trabajo son instrumentos que utiliza el equipo técnico de la entidad, a la hora de investigar sobre un determinado tema vinculado a la educación.
En el estudio, Caraballo acota que adoptar la propuesta implica madurez política, pero también audacia y valentía. Las mismas que se han tenido para adoptar el plan “Aprender en casa preservando la salud”.
Explicó que la propuesta, parte de conocer objetivamente la prevalencia de la enfermedad en el territorio, y añade a tenor, que para Harvard, en aquellas localidades donde se registra hasta un contagio por cada 100 mil habitantes, representan una zona segura para el desarrollo de las actividades sociales.
“Siempre claro está, con uso de medidas de profilaxis, es decir, uso de mascarillas y distanciamiento físico, ventilación natural de los espacios cerrados y fácil acceso para la higiene de manos, así como la limpieza de los espacios y superficies de usos múltiples”, apuntaló el director de Educa.
Valoró de “valiente, aleccionador y creativo” el compromiso del Gobierno dominicano y de su ministro educativo de dar continuidad a la educación más allá de las adversidades que supone la permanencia de la covid-19 en el territorio nacional. “No obstante, no se debe olvidar que la educación es un hecho social y colectivo”, agregó.
De acuerdo a Caraballo, “resulta notable y objeto de distinción internacional”, la propuesta oficial de que en tan poco tiempo los equipos del Ministerio de Educación, de productoras de televisión nacionales, y de organizaciones de la cooperación local e internacional, sean capaces de volcar en multiplataformas los contenidos esenciales para trabajar las competencias fundamentales establecidas en el currículo para cada grado y nivel, a cargo de docentes dominicanos extraordinarios cuyo talento y saber ya no se limitan a los muros de un aula.
“Todos nos hemos conmovido conociendo las historias de docentes que echando mano a los recursos con los que cuentan y con el ingenio natural, hacen hasta lo imposible para que sus estudiantes aprendan. Ocurre lo mismo con las decenas de imágenes que rinden cuenta de las ganas de aprender de las niñas y niños dominicanos a pesar de la adversidad”, enfatizó.
A la vez de añadir “creatividad y resiliencia en su máxima expresión, dos características que por sí mismas definen al pueblo dominicano”.
En esa línea de pensamiento, el director ejecutivo de la organización representante del sector privado en materia educativa, informó que el ministro de Educación de Uruguay, Pablo Da Silveira acotó que la tecnología no elimina, sino que más bien reproduce, las inequidades sociales que existen en el mundo de lo presencial.
“Los alumnos que menos se conectaron e hicieron menos uso de las plataformas para compensar la suspensión de clases fueron los que, en el mundo de lo presencial, más frecuentemente abandonan los estudios, repiten u obtienen peores resultados en términos de aprendizaje.»
Asimismo, abundó que los riesgos de la no presencialidad van mucho más allá de limitar los aprendizajes o de ensanchar las inequidades, partiendo de las consecuencias de la pandemia sobre la economía, los efectos sobre el mercado de trabajo, la reducción de los ingresos, y el confinamiento, lo que ha potenciado las vulnerabilidades de la salud mental y emocional de las familias.
“En los primeros seis meses de la pandemia se han registrado en el país tres suicidios cada 48 horas, pronosticando uno de los años con mayor incidencia de esta patología social. Por cuanto los riesgos de violencia en el hogar se acrecientan y los embarazos adolescentes, que ya se contabilizaban en el 20 % de las adolescentes de 18 años en promedio – 1 de cada 3 en los sectores más desfavorecidos – amenaza con expandirse dramáticamente”, resaltó el ejecutivo.
En la Nota de Trabajo No. 53, el ejecutivo señala que para los hogares más vulnerables, y de estos en particular los monoparentales mayoritariamente con jefatura femenina, la escuela, no solo es un derecho para sus hijos, sino también una vital necesidad para el funcionamiento de su precario esquema familiar.
Asevera que el tiempo en la escuela ofrece a estas familias un entorno seguro para sus hijos, y muchas veces el mejor espacio vital que conocen, y al que pueden acceder.
Agrega que a estos cuidados, se añade la autorización expresa de los padres de familia, y se cumple con la disposición constitucional de la República Dominicana que delega en los padres la responsabilidad última por la educación de sus hijos.
Dijo que el uso de las tecnologías, la televisión, la radio, los cuadernillos y las nuevas metodologías del modelo Aprender en casa preservando la salud, presentan las bases para una transformación del concepto de escuela y puede romper las barreras del acceso a una educación de calidad.
“Pero requiere del agregado de la presencialidad como elemento insustituible, vital e imprescindible para conformar una estrategia que mitigue riesgos, retenga a los estudiantes en su proceso educativo e igualmente les permita aprender. Hay mucho en juego”.
Subrayó que si bien la Covid genera riesgos, también entraña peligro transitar por las calles y carreteras del país en automóvil, y no por esta razón se propone eliminar los automóviles.
“Nada más ni nada menos que el futuro de estas generaciones, y con ellas el porvenir de la propia República Dominicana; afortunadamente, con diciembre llega el tiempo de balance y reflexión>>, culminó Caraballo.