Un amigo suele decir que la Virgen de la Altagracia dedica gran parte de su tiempo a proteger al pueblo de errores de sus gobernantes y de la inclemencia de la naturaleza, al punto que la nación luce blindada contra locuras económicas, corrupción, sequía, tormentas o ciclones.
Hace más de 30 años, un funcionario acordó en una reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC) el ingreso libre de arancel de nueve rubros agrícolas básicos lo que decretaría la ruina de la agricultura nacional, pero por suerte ese organismo aceptó un pedido de rectificación técnica del Gobierno, lo que evitó una posible hambruna ¡Ahí estuvo la Virgen!
Aquí hemos sobrevivido a cierre de la economía, a crisis generada por la construcción de grandes obras de infraestructura con recursos propios y dinero inorgánico, a acuerdos inhumanos con el FMI, quiebra bancaria, devolución de depósitos por más de 80 mil millones a grandes depositantes en violación a la ley.
El FMI solicitó en 2004 al gobierno electo que adelantara el nombramiento de su equipo económico para iniciar de inmediato negociaciones porque la economía sufrió un decrecimiento del 2% del PIB y el país se declaró en estado de cesación de pagos. De esa también salimos.
La economía llevaba un crecimiento anual promedio superior al 5% en los últimos 15 años, hasta marzo de 2020, cuando vino la pandemia de la covid-19, que de un cantazo produjo una caída en las actividades productivas de un 29%.
Ese derrumbe disminuyó sustancialmente en ocho meses, a menos de un 6% del PIB, a pesar de que la pandemia se ha estacionado en el límite del rebrote.
Como quien no quiere la cosa, el turismo retorna del coma inducido y muda sus primeros pasos, las zonas francas muestran vigor, el comercio y la industria respiran por propios pulmones y la cuenta corriente de la balanza de pago se sujeta del milagroso incremento de las remesas, de las exportaciones de oro y del ahorro en la factura petrolera.
Hace tiempo que ningún huracán toca de frente al territorio nacional, que la economía ha sobrevivido a un barril de petróleo a 140 dólares y a un periodo de sequía de varios años, pero Gobierno y sector productivo no deberían cargar todo el trabajo sobre la Virgen.
Al Gobierno corresponde lidiar en 2021 con el tema del endeudamiento, déficit fiscal, desempleo, con el reto de contener la covid-19 y motorizar un diálogo político, empresarial y social en temas tan delicados como fiscalidad e industria eléctrica.
Sería prudente continuar los ruegos a María, sin que se repita la historia del campesino que prometió regalar a la Virgen uno de sus dos cerdos extraviados, en caso de que los encontrara, como tal ocurrió, pero uno de los animales volvió a escaparse, con el consiguiente grito del cristiano de ¡ahí va el puerco de la Virgen!
Por Orión Mejía (orion_mejia@hotmail.com)