¿Por qué se conmemora el 3 de diciembre el Día Nacional e Internacional de las personas con discapacidad?
El Día Internacional de las Personas con Discapacidad fue declarado en 1992 por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la resolución 47/3. El objetivo es promover los derechos y la inclusión de las personas con discapacidades en todos los ámbitos de la sociedad y el desarrollo, así como concienciar sobre su situación en todos los aspectos de la vida política, social, económica y cultural.
Esta resolución se emitió al concluir el Plan de Acción Mundial en favor de las personas con discapacidad, aprobado un decenio antes, justamente el 3 de diciembre de 1982, en la 37va. reunión de la ONU, mediante resolución 37/52. El mismo ha sido el primer y sumamente valioso aporte en favor de todos aquellos en el mundo que enfrentan barreras para moverse, comunicarse, educarse y trabajar.
El 28 de noviembre del 2002, mediante decreto No.925-02, firmado por la vicepresidente Milagros Ortiz Bosch, se declara el día 3 de diciembre como “Día Nacional de la Discapacidad”, en todo el territorio de la República, en el entendido de que el Estado dominicano reconoce a las personas con discapacidad como entes jurídicos en igualdad de deberes y derechos constitucionales y civiles, que aquellas que no presentan discapacidad.
¿Por qué necesitamos un día para conmemorar las personas con discapacidad?
Porque, a pesar de los avances en materia de marco normativo que regulan los derechos de las personas con discapacidad, entre los cuales destacamos la aprobación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con discapacidad de la ONU, la Convención Interamericana para la Eliminación de Toda Forma de Discriminación hacia las Personas con Discapacidad de la OEA, la Constitución de la República Dominicana que establece la igualdad de derechos de las personas con discapacidad, la Ley No. 5-13 sobre Igualdad de Derechos de las Personas con Discapacidad, su reglamento de aplicación No. 363-16 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, permanecen a lo largo del mundo y de nuestro país, situaciones de desigualdad que desfavorecen a las personas con discapacidad, que constituyen alrededor del 15% de la población mundial.
Las personas con discapacidad enfrentan barreras físicas, comunicacionales y actitudinales que limitan sus posibilidades de educarse, contar con servicios de salud de calidad, conseguir un trabajo digno, tomar sus propias decisiones y vivir una vida independiente y feliz.
Porque, para que se sigan derribando barreras y construyendo oportunidades de inclusión y participación se necesita el compromiso de toda la sociedad, autoridades centrales y locales, empresas, cooperación internacional, personas con discapacidad y sus familias y la sociedad en general. La inclusión es compromiso y responsabilidad de todos.
Porque los avances logrados en los últimos años han dado muestra de los efectos positivos del círculo virtuoso de la inclusión de las personas con discapacidad que se reflejan a nivel individual, familiar, social y de desarrollo. Una persona con discapacidad incluida es una persona con mayores niveles de independencia, mayor autoestima y más feliz.
Deja de ser una carga para su familia y aporta al bienestar de la misma, al mismo tiempo de que aporta al desarrollo de país. Una sociedad que practica la inclusión se vuelve más consciente de las barreras y prejuicios que afectan la participación de este grupo, se responsabiliza y propicia la creación de oportunidades para todas las personas, para que nadie se quede atrás.
¿Qué queremos lograr?
Queremos una sociedad basada en los méritos, sin barreras físicas, sociales y actitudinales. Queremos participación para fortalecer la democracia. Queremos para las personas con discapacidad, trabajo honrado, educación, superación, viviendo una vida independiente y feliz.
Por Magino Corporán Lorenzo
*El autor es director del Consejo Nacional de Discapacidad (CONADIS)