Este término se asocia con un consumo ilimitado y sin control de los alimentos. Se manifiesta con un aumento exagerado del apetito por parte de la persona afectada, ocasionando esto que consuma una mayor cantidad de alimentos de la que su organismo necesita.
Es típico que personas que padecen este trastorno alimentario, ingieran enormes platos de comida, no importa que hayan terminado de comer lo que se considera una cantidad normal.
Esta conducta es repetitiva, y hace que muchas veces nos preguntemos cómo un ser humano, puede introducir tantos alimentos en su cuerpo.
Estas personas además, sienten que no pueden controlar este proceso y se sienten atrapados en su trastorno, ya que por más que quieran, no logran saciar el hambre por más que coman.
En algunos casos puede estar ocasionada por enfermedades tales como la diabetes mellitus o la hipoglucemia; o por otras de origen psiquiátrico como la bulimia, depresión, estrés o ansiedad, o por alteraciones hormonales como el hipertiroidismo. También puede producirse por la ingesta de algunos fármacos.
La hiperfagia puede también motivarse por la falta de actividad de una sustancia llamada leptina, que es la hormona encargada de controlar la sensación de hambre/saciedad. Si esta hormona se pone haragana y no realiza eficientemente su trabajo, la persona se puede comer toda la comida del mundo, y jamás saciará su apetito.
El tratamiento médico es muy difícil y prolongado, ya que debe tener un apoyo psicológico o psiquiátrico, para lograr ayudar a estos pacientes a mejorar su condición.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)
*La autora es psicóloga clínica