No parece posible que solo una locutora y un no vidente sean únicos inculpados en fraudes de sorteos de la Lotería Nacional que involucran más de 150 millones de pesos, más aún, si uno de los imputados habría confesado que de dos millones de pesos prometidos apenas le entregaron 21 mil pesos y el otro dijo que devolvió los 800 mil pesos recibidos.
Eso me recuerda el fraude hace más de 20 años perpetrado por Frederick Mazurka, el haitiano blanco, que llegó a controlar los sorteos de la Lotería, en la que antes los locutores mencionaban los números completos bolo por bolo, pero el individuo manipulaba los premios.
Después de su apresamiento, Mazurka fue internado en una clínica privada, afectado de diarrea, un problema que según los galenos tratantes se prolongó por 45 días, lo que motivó que abogados de la Lotería, solicitaran al fiscal disponer su retorno a prisión, en el entendido de que no era posible tan dilatada disentería.
Al otro día, el imputado se escapó del centro médico en compañía del Policía que lo custodiaba, quien tuvo la decencia de dejar en el lugar su arma de reglamente. Meses después Mazurka invitó a un grupo de periodistas a su mansión en Haití, con quienes resultó un excelente anfitrión.
El presidente Luis Abinader suspendió al administrador de la Lotería, por sesenta días “renovables” y designó en el cargo de manera honorífica a Quico Tabar, con amplia experiencia en la administración pública, a la espera de que se identifiquen a todos los involucrados en el fraude.
Es posible que ese fraude involucre varios cientos de millones de pesos, aunque llama la atención que se atribuya a una locutora participar en ese ilícito penal por dos millones de pesos, de los cuales solo recibió 21 mil pesos y a un participante no vidente que devolvió los 800 mil pesos que le entregaron.
En esta misma semana, el Ministerio Público realizó otros 18 allanamientos simultáneos, como parte de las investigaciones en relación a la Operación Coral, durante los cuales incautaron veinte inmuebles y otras propiedades, lo que convierte ese expediente en el más voluminoso hasta ahora.
Como si fuera poco, se ofrece la noticia de que el legislador del PRM, Miguel Gutiérrez Díaz, fue apresado en el aeropuerto de Miami, bajo imputación de narcotráfico, una acusación sobre la cual se declaró no culpable, pero un juez de la Florida dispuso su mantenimiento en prisión.
Son muchos los casos de prevaricación que afloran cada día, también relacionados con narcotráfico y lavado de dinero, por lo que sería prudente que en torno a la corrupción no se erijan cooperativas de politiquería, sino un gran coro de aplausos, con reclamo de que se respete el debido proceso y los derechos de los procesados.
Por Orión Mejía (orion_mejia@hotmail.com)