Diariamente estoy viendo una telenovela llamada Diomedes, basada en la vida de un famoso cantante de vallenato, nacido en Colombia.
Me encanta la cantidad de frases y refranes populares que en la misma se escuchan, además de los tantos vallenatos que son interpretados.
En una de esas noches, oí a la actriz que encarna el papel de la madre del personaje, decir lo siguiente: “El miedo no tiene patas, el que corre es uno”.
A pesar de que estaba somnolienta, hice un esfuerzo para tomar nota, y durante mucho rato estuve meditando el contenido de lo expresado.
Al día siguiente, le comenté a mi marido, con la intención de escribir un artículo, y le dije que si podía me dijera lo que él entendía que significaba la frase.
Él se quedó pensativo, pero en ese momento, yo estaba lista, con la ropa de caminar. Antes de salir chequeé a ver si estaba nublado, y lo invité para que me diera su opinión con relación al tiempo.
Como todo un meteorólogo afirmó que casi estaba lloviendo, que me fuera con la sombrilla, si no quería mojarme, es más, mejor que no caminara.
Recordando unos aguaceros que han caído en los últimos días, que mi sombrillita no iba a soportar, casi iba a desistir de salir a hacer ejercicios, cuando me armé de valor, y realicé mi caminata, totalmente completa, y no cayó ni una sola gota de agua. Antes de irme, le dije que sin darnos cuenta, aplicamos la frase citada cuando empecé a escribir.
El mensaje es que, como el miedo no tiene patas, si nosotros, que tenemos la capacidad de alejarnos, dejamos que este se adueñe de la situación, nunca lograremos los propósitos deseados, porque él hará que nos estanquemos.
Alejémonos del miedo y no le permitamos ni el más pequeño espacio en nuestras vidas… ¡Usemos nuestras patas!
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)
*La autora es psicóloga clínica