El Partido Republicano de EEUU recuperó este martes la Gobernación de Virginia en lo que podría ser tomado como pulso ciudadano ante la gestión del presidente del Joe Biden, que hace casi un año ganó ese estado a su predecesor, Donald Trump, por diez puntos porcentuales
De acuerdo a los sondeos de las cadenas CNN, ABC y NBC el republicano Glenn Youngkin, un empresario sin experiencia política aventajaba en 2,7 puntos al demócrata Terry McAuliffe con más del 95% de los votos escrutados.
Mientras que la republicana Winsome Sears derrotó a la demócrata hispana Hala Ayala en las elecciones para vicegobernadora, convirtiéndose en la primera mujer afroamericana en ocupar ese cargo.
Estas elecciones suponen el primer test en las urnas de Biden desde que llegó a la Casa Blanca hace un año y, además, son un primer medidor de actitud de los estadounidenses de cara a las elecciones legislativas de 2022, en las que los demócratas temen perder sus mayorías en el Congreso.
Aunque la tendencia del voto en los últimos años ha sido en favor de los demócratas, en esta ocasión Virginia se decantó por un candidato republicano en un momento en el que el apoyo al presidente estadounidense, Joe Biden, no está en su apogeo a la par que el propio Youngkin ha sabido convencer a su electorado centrando su campaña en propuestas para la educación.
En encuestas realizadas entre la población del estado, el 56 por ciento de los ciudadanos consultados desaprueban la gestión de Biden desde que accediese a la Casa Blanca en enero de este año, mientras que un 43 por ciento sí ve con buenos ojos estos primeros meses del demócrata como presidente, recoge la cadena CBS News.
Enseguida, el ex presidente Donald Trump celebró la victoria de Youngkin, un “verdadero patriota” de “EEUU primero”, el que fuera su lema de campaña para las elecciones presidenciales que ganó en 2016.
Trump automáticamente dio crédito a su base electoral por haber “salido a votar con fuerza” y haber convertido a Youngkin en gobernador de Virginia durante los próximos cuatro años.
Youngkin, sin embargo, ha tratado de mantener cierta distancia con Trump para movilizar a sus seguidores, pero sin asustar a los votantes republicanos tradicionales que se concentran en las zonas residenciales adineradas de los suburbios.
McAuliffe, una figura centrista que lleva décadas en el Partido Demócrata, todavía no ha reconocido la derrota.
Antes de que los medios hicieran sus proyecciones y cuando se había escrutado el 90% del voto, McAuliffe intervino ante sus seguidores para pedir que se siguieran contando las papeletas porque “cada uno de los virginianos merece que su voz sea escuchada”.
El descalabro de los demócratas no se quedó en la pérdida de la oficina del gobernador, sino que también les fueron arrebatadas la del vicegobernador, ganada por la republicana Winsome Sears, y la del fiscal general, en la que se impuso Jason Miyares.
Los demócratas, sin embargo, parecen haber evitado el desastre total gracias a la Cámara Baja del Legislativo, donde el recuento aún sin finalizar parece arrojar un empate a 50 asientos, sin que exista un mecanismo para el desempate.
Horas antes, en una rueda de prensa en Glasgow (Escocia), Biden predijo una victoria demócrata en Virginia y Nueva Jersey, donde aún no se conoce un ganador, pero las cosas pintan peor para los demócratas de lo anticipado por las encuestas.