Para el expresidente Joaquín Balaguer “los únicos políticos que no tienen futuro político, son los muertos”, y para el fenecido expresidente de Estado Unidos Richard Nixon, esa axiomática realidad se produce “cuando baja el telón en la carrera de un líder”.
“Cuando se baja el telón, en una obra dramática, los espectadores salen del teatro y se van a sus casas a reanudar su vida normal. Cuando baja el telón en la carrera de un líder, la existencia del público ha cambiado, y el curso de la historia puede haber variado profundamente”.
En su libro “Lideres”, que tiene como subtítulo “Hombres que dejaron huella. Líderes que cambiaron el mundo”, agrega que “la fórmula lo infalible para colocar a un líder entre los grandes tiene tres elementos: un gran hombre, un gran país y una gran causa”.
Nixon habla por experiencia propia porque “durante los últimos treinta y cinco años, he tenido la oportunidad excepcional, de estudiar de cerca a los líderes del mundo. A los más destacados del periodo de la posguerra los conocí casi a todos, menos a Stalin”…
“He visitado más de ochenta países, y no sólo he tratado con sus dirigentes, sino que he observado también las condiciones en las que actuaban. He visto a unos gobernantes triunfar y a otros fracasar, y he tenido ocasión de analizar las razones que les llevaron a ello desde la perspectiva de mi propia experiencia”.
En su libro “Lideres”, el fenecido presidente Nixon recoge su experiencia, el conocimiento, las relaciones política y personal que cultivó, y las diferencias que dilucidó con ellos, y de ahí que con mucha autoridad pudo afirmar que “habiendo conocido tanto las cimas como las simas de la vida pública, he aprendido que no pueden apreciarse las alturas a menos que se conozcan también las honduras”.
La introducción del libro lleva como título “hombres que dejaron huellas. Líderes que cambiaron el mundo”, y en el subtítulo interpreta la personalidad de cada uno de ellos.
De Winston Churchill, dice que es “el ser más grande de nuestro tiempo”, de Charles de Gaulle, destaca “la mística del líder”, de Douglas Macarthur, destaca “el encuentro de oriente con occidente”, a Konrad Adenauer, lo define como “El telón de acero de occidente”, de
Nikita Jrushchov, establece que encarna “La brutal voluntad del poder”, y de Zhou Enlai”, dice que es “el mandarín revolucionario”.
Por problema de espacio solamente voy a reproducir una cita de Winston Churchill, a quien el fenecido mandatario de Estados Unidos lo define como “el ser humano más grande de nuestro tiempo”, al tiempo que destaca la gran admiración que sintió desde ante de conocerlo personalmente, “pero que recuerdo la impaciencia, la excitación incluso, que sentí aquel día mientras esperaba que llegara su avión”.
Y ahí se explaya a valorar la persona de Churchill, uno de los líderes más destacado del siglo 20, y que a pesar de que “ya había viajado yo extensamente por el extranjero y conocía a muchos líderes nacionales e internacionales y a numerosas celebridades, pero ninguna igualaba a Winston Churchill como héroe de leyenda”.
“Hay momentos, en política en que deben arrastrarse serios riesgos. La apuesta es tan alta como pueda imaginar, y el resultado será implacablemente tajante: éxito o fracaso. La gente de fuera de la arena política o los novatos en política no comprenden a menudo las cualidades especiales requeridas para asumir riesgos políticos…
“En política, empero, correr un riesgo significa actuar por simple intuición y valor y tener la capacidad de mostrarse decidido en el momento adecuado”.
Sea Usted el Jurado.
Por Rafael Méndez
*El autor es periodista y exdiputado