Moscú.- El presidente ruso, Vladímir Putin, llamó este viernes a los militares a hacerse con el poder en Kiev ante el fracaso del primer intento de iniciar unas negociaciones entre las partes para poner fin a la guerra lanzada la víspera por Rusia en Ucrania.
«Propusimos a los ucranianos celebrar negociaciones en Minsk», la capital bielorrusa, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien afirmó que Kiev sugirió como lugar alternativo Varsovia tras lo que «tomó una pausa» y «rompió la comunicación».
El portavoz de la Presidencia rusa evitó no obstante revelar si Moscú había dado su visto bueno a la sede de la negociación propuesta por Kiev para abordar, en particular, un posible estatus de neutralidad de Ucrania con respecto a la OTAN, a la que quiere ingresar para protegerse frente a Rusia.
A la vez, subrayó que Minsk, que en el pasado ha acogido varias reuniones sobre el arreglo del conflicto en el este de Ucrania, ya estaba dispuesto a «crear todas las condiciones» para acoger las conversaciones que se celebrarían a nivel de «representantes de Ministerios de Defensa, de Exteriores y de Administración presidencial» por parte de Rusia.
Desde el Ministerio de Exteriores ruso señalaron, a su vez, que las posibles negociaciones con Kiev no significarían necesariamente el fin de la intervención militar, cuyo objetivo es la «desmilitarización» y «desnazificación» de Ucrania.
«Hemos dicho que estamos preparados (para negociar). Pero las tareas que han sido marcadas antes del inicio de la operación especial militar no desaparecen y siguen actuales», dijo la portavoz de la cartera, María Zajárova.
Putin prefiere negociar con militares
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, considera que en estas circunstancias es más fácil negociar con los militares ucranianos, a los que llamó a sublevarse.
«¡Tomen el poder en sus manos! Por lo visto con ustedes será más fácil llegar a un acuerdo que con esa banda de drogadictos y neonazis que se ha asentado en Kiev y tiene secuestrado a todo el pueblo ucraniano», declaró el jefe del Kremlin en una reunión con el Consejo de Seguridad de Rusia.
El mandatario ruso llamó a los militares ucranianos a «no permitir a los neonazis y seguidores de (el colaboracionista ucraniano Stepán) Bandera que utilicen a vuestros hijos, vuestras mujeres y ancianos como escudos humanos».
El jueves por la noche el presidente ucraniano, Volodímir Zelesnki, denunció que el propósito del ataque contra Ucrania es sacarle del poder.
«Según nuestra información, soy el objetivo número uno del enemigo. Mi familia el segundo. Quieren destruir Ucrania políticamente al destruir al jefe de Estado», afirmó.
Kiev, en el punto de mira
Las tropas rusas continuaron este viernes el avance sobre la capital ucraniana y bloquearon Kiev desde el oeste, según el Ministerio de Defensa ruso.
El parte castrense indica que las tropas rusas «continúan cumpliendo sus misiones en la región de Kiev y en otras ciudades».
«Actualmente, las fuerzas principales de la tropas aerotransportadas se unieron a las unidades que desembarcaron en el aeródromo de Hostomel, asegurando el bloqueo de la ciudad de Kiev», dijo el portavoz de Defensa, Ígor Konashénkov.
Según el militar ruso, el Ejército recuperó ese aeródromo, a unos 35 kilómetros al noroeste de Kiev, y en la ofensiva fueron «aniquilados unos 200 nacionalistas de la unidades especiales de Ucrania», operación en el que las fuerza rusas -dijo- «no sufrieron bajas».
Kiev, a su vez, informó de centenares de muertos en «las filas del enemigo».
Paralelamente, decenas de miles de ucranianos se desplazaban hacia el oeste del país para alejarse de las localidades que pueden convertirse en un campo de combate.
El portavoz de Defensa ruso denunció que el mando ucraniano ha emplazados lanzaderas de cohetes en los barrios de Kiev para «provocar fuego de respuesta contra la población».
También el Kremlin acusó hoy a los militares de Ucrania de usar esa táctica, algo que calificó de «extremadamente peligroso».
Trofeos de guerra
Según los militares rusos, desde el inicio de la operación en Ucrania han sido capturadas «grandes cantidades de armamento» que fueron suministradas a Kiev por países occidentales, sobre todo, en los últimos meses, cuando comenzó a escalar la tensión con Rusia.
«Entre los trofeos hay sistemas antitanque estadounidenses Javelin y británicos NLAW», dijo Konashénkov.
El Ministerio de Defensa ruso también informó del derribo de varios aviones no tripulados turcos Bayraktar.
En total, desde la madrugada del jueves, cuando comenzó la operación rusa, justificada por sus autoridades por el deseo de defender a la población de las autoproclamadas repúblicas separatistas del este ucraniano, fueron destruidos «211 objetivos de la infraestructura militar de Ucrania», según Moscú.
Ante las informaciones de Kiev de que los bombardeos rusos dejan también víctimas entre civiles, Moscú insistió hoy en que dirige sus ataques solo contra instalaciones militares.
«No hay disparos contra la infraestructura civil ni residencias de los militares u otros lugares no relacionados con objetivos militares. (…) Nadie piensa atacar al pueblo ucraniano», aseguró el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov.