Mediante decreto presidencial número 324-20 fue designada la reconocida artista Carmen Heredia Ottenwalder el 16 de agosto del año 2020. La juramentación se produjo en el Palacio Nacional en el históricamente reconocido Salón de Las Cariátides.
La señora Heredia antes de su nombramiento se había destacado en el tan anchuroso como complejo mundo del quehacer cultural pero, especialmente, ballet clásico, teatro, danza tanto en nuestro país como en playas extranjeras de alto renombre en materia cultural como España, Panamá, Argentina, Venezuela, Estados Unidos, etc.
La señora Heredia duro en sus funciones como ministra de Cultura hasta el día 6 de septiembre del pasado año 2021 cuando fue reemplazada por la señora Milagros Consuelo de la Altagracia German Olalla, destacada en el mundo de la farándula, la televisión donde se le conoció como presentadora y productora del programa Chévere Nights junto a un equipo de hombre y mujeres que lograron que el mencionado programa televisivo alcanzara un buen rango en popularidad en la televisión nocturna.
Importa mucho apuntar aquí que Milagros German “La Diva”, como se le reconocía en la televisión farandulera antes de ocupar el puesto de ministra de Cultura había sido Miss Republica Dominicana y otros puestos en materia de pasarela a través del concurso Miss Universo. Vale destacar, además, que jugó un papel relevante en el mundo de cine con papeles de primer orden en algunas películas que alcanzaron nombradía como por ejemplo, La fiesta del chivo.
Pero antes de ser ministra de Cultura ocupo el cargo de Directora de Comunicaciones y vocera de la Presidencia, función que, a juzgar por lo expresado públicamente por profesionales y expertos de la comunicación, pasó de lo “cómico a lo ridículo” dando lugar a mofas y sátiras en algunos programas de televisión y al decir de muchos, su pobre ejercicio en materia de comunicación en un puesto extremadamente sensible dio lugar a su rápida destitución y posterior designación como ministra de Cultura lo que una extensa gama de escritores, literatos, artistas de diferentes áreas así como reconocidos intelectuales entendieron como un gran desatino del presidente Luis Rodolfo Abinader Corona.
Lo del pago de facturas políticas podría ser entendido hasta cierto punto, pero se debe tener muy presente aquello de “zapatero a su zapato”. Un Ministerio de Cultura requiere de lo más granado y selecto de la intelectualidad de un país tanto en el sentido de sólida formación académica como también de una dilatada experiencia en creatividad artística, producción bibliográfica y gestión cultural, entre otros factores.
A juzgar por lo que se ve con claridad meridiana, la Diva del Ministerio de Cultura ha sumido esa importantísima institución en un estado INODORO, INCOLORO E INSIPIDO y si para muestra basta un botón, aquí tenemos algunos:
1.- El Ministerio de Cultura en manos de la señora Milagros German no ha organizado ninguna actividad de relevancia significativa en el quehacer cultural de la sociedad dominicana.
2.- Hasta ahora no se conoce que disponga de un equipo de trabajo ranqueado en materia artística y cultural.
3.- Todo parece indicar que le teme a la prensa como el diablo a la cruz ya que no se escucha su voz ni se sienten sus movimientos a pesar de estar al frente de una instancia donde siempre hay muchas cosas que hacer y tantos planes y proyectos que publicitar.
4.- Según se sabe le fue reducido el presupuesto para la Feria del Libro y la flamante ministra no ha dicho esta boca es mía, muestra inequívoca de una indiferencia que tendrá que cargar con las correspondientes culpas.
5.- La comunidad de dominicanos residentes en el exterior en la actual Ministra de Cultura no tiene y, según parece, no tendrá aliada ni mucho menos defensora dado que, lejos de dar pasos para el empoderamiento del Comisionado Dominicano de Cultura en los Estados Unidos, ha colocado al frente del mismo una persona que aún no se sabe cuál es su real estatus ya que algunos dicen que es “enlace cultural con el Ministerio de Cultura, otros la ven como comisionada interina y los más atrevidos la entienden como “lleva y trae” del Consulado Dominicano.
6.- A pesar de que existe una nómina de empleados firmada por la ministra anterior, la actual incumbente y su subalterna Francisca C. Vargas Andeliz, insisten en decir que “nadie está nombrado en el Comisionado en Nueva York, Aquí hay una de dos: incompetencia o “gadejo”.
7.- Lourdes Batista Jakab estuvo al frente del Comisionado por algo más de un año y a pesar de las adversidades provenientes de un sector del partido en el poder, estos es el PRM, logro llevar la nave de la Primera Feria Cultural y XII del Libro Dominicano en Nueva York a puerto seguro independientemente de las posibles falencias generadas en un mar tan proceloso como el de la cretina visión del Estado que algunos exhibieron.
8.- El Comisionado Dominicano de Cultura en Nueva York, que está considerado como una las más importantes conquistas del pueblo dominicano de ultramar, se encuentra en ‘Estado Cataléptico y la inefable ministra, haciendo el papel de “Cristobalina,” acaba de descubrir la parte oscura de América diciendo que el Comisionado no tiene estatus jurídico lo que constituye un desaguisado más a lo Chévere Nights.
9.- Hace solo unas cuantas semanas que la Ministra de Cultura publicó un espacio pagado en la prensa dominicana solo para “desmentir” la información que decía que el Comisionado de Cultura en Nueva York había sido cerrado y ”san se acabo”. Ya entiendo porque la excluyeron del Departamento de Comunicaciones de la Presidencia.
10.- Con un simple vistazo al organigrama del Ministerio de Cultura podremos ver que en el mismo está contemplado el Comisionado Dominicano de Cultura en Nueva York y si a esta altura del juego la máxima autoridad en materia cultural no lo ha visto es equivalente a decir: “señores esto se jodio”.
Por último, todo lo expuesto en estas breves reflexiones procura única y exclusivamente dar la voz de alerta ante la seria amenaza que se vierte contra la principal conquista de nuestra comunidad en Nueva York como es el Comisionado Dominicano de Cultura.
Y es bueno que se sepa que un daño a esa institución surtirá efecto negativo contra toda la Comunidad Dominica en los Estados Unidos y más allá.
Por Marino Mejía