La Frontera Grecia /Turquia
El drama migratorio se hace cada vez más fuerte en el seno del subdesarrollo; del hambre, de la falta de oportunidades y la misma pobreza, que conducen a una barbara desigualdad, que provoca que cada vez más personas emigren de su país de origen a otro diferente al suyo, en busca de una mejor calidad de vida que le permita llevar adelante a su familia y lograr una mejor calidad de vida que le permita desarrollarse como ser humano en pleno disfrute de sus derechos.
La actual ola migratoria que se expande por áreas estratégicas y en conflicto político y social por todo el planeta está impulsada principalmente por las diferencias socioeconómicas entre los países desarrollados, en vías de desarrollo y las naciones más pobres, donde la calidad de vida a que tienen derecho no es alcanzada por millones de personas, quienes en algunos casos sufren violencia política, abusos, desigualdad , falta de oportunidades, crisis económicas y la ineficacia y la falta de gestión de sus Estados .
Un ejemplo del trágico drama de los migrantes es la frontera de Grecia y Turquía epicentro de una nueva crisis migratoria. Allí se concentran refugiados y solicitantes de asilo que proceden principalmente de Siria, el 63,70%, Bulgaria, el 11,11% y Alemania, el 6,32%.
En los últimos años, el número de inmigrantes que viven en Turquía ha aumentado en 994.863 personas, un 20,38%., los que intentan llegar a Europa, esto después de que el Gobierno turco anunciara la apertura de su frontera, para permitir el paso de los migrantes, haciendo caso omiso al acuerdo firmado en 2016 con la Unión Europea para que el país se hiciera cargo de miles de refugiados.
Para intentar pasar hacia Europa miles de refugiados e inmigrantes se movilizan al noroeste de la Turquía Europea, a la ciudad de Edirne, que cuenta con unos 150,000 habitantes y cercana a las fronteras de Grecia y Bulgaria, para intentar pasar hacia Europa.
Pero en Grecia los esperan con gases lacrimógenos y deportaciones, Turquía no era el destino final para sirios, afganos, iraníes y africanos que salieron en busca de una vida mejor. Pero hasta allí llegaron por los bloqueos de la Unión Europea.
Desde el comienzo de la guerra civil en Siria en 2011, unos 3,6 millones de refugiados han llegado a Turquía y hoy el país todavía alberga una de las comunidades de refugiados más grande del mundo.
Esta crisis migratoria provoco que en el año 2016 Turquía y la Unión Europea lograran un acuerdo sobre migración que redujo considerablemente la llegada de inmigrantes a Europa, lo cual era una preocupación de la unión Europea, según el acuerdo, todos los migrantes que cruzasen de forma irregular de Turquía a la UE serían devueltos, a cambio, Turquía recibiría 6.000 millones de euros del Fondo de la UE para los refugiados,.
Sin embargo, el 28 de febrero de 2020, el presidente de Turquía, Recep Erdogan, amenazó con abrir nuevamente la frontera con Grecia ya que no sentía que la UE hubiera cumplido sus promesas, tras la decisión, de Turquía, Grecia declaró el estado de emergencia decidiendo no dejar pasar a su territorio a los migrantes y quienes lograron llegar el Gobierno griego los arresta y los lleva a un cuartel militar, a bordo de un buque, para estudiar sus casos, Organizaciones de Derechos Humanos denuncian que al final, serán deportados, a raíz de esta situación la UE acordó brindar al país 700 millones de euros en asistencia financiera, así como proporcionar un aumento sustancial de los fondos para la migración y la gestión de fronteras en el presupuesto de la UE para 2021-2027.
En Lesbos que es una isla griega que forma parte de un gran conjunto de islas cercanas a la costa de Turquía (en el mar Egeo), es la tercera isla más grande de Grecia, y la octava del Mediterráneo, con una superficie de 1630 km² y 320 km perimetrales de costa, la población se acerca a los 100 000 habitantes, ahí también está presente la crisis migratoria, ya que miles de personas la mayoría de ellos ciudadanos de Siria que huían de la guerra civil de ese país, han cruzado el mar Egeo, una de las travesías más frecuentadas por estas personas.
Grecia recibe a partir del 2000 más de un millón de migrantes cada año, y muchos de ellos entran por Lesbos, que muchos ya la comienzan a llamar la puerta de Europa, lo que permite entender la importancia de este territorio, la isla acogió en su momento el campo de refugiados más grande de Europa (13,000 personas, en Moria), el cual, de incendio en el año 2020, lugar que fue calificado como la vergüenza de Europa, por quienes les toco la desgracia de estar en ese infierno.
Luego los inmigrantes y refugiados se trasladaron a otros campamentos como el de pikpa y Kara tepe donde debieron soportar temperaturas bajo cero con poca protección para estas bajas temperaturas, siendo este último a pesar de estos problemas uno de los pocos lugares que proporcionaba algo de dignidad y seguridad a los niños y niñas, mujeres y hombres más vulnerables, pero que está lleno de historias que narran las dificultades y la desesperanza de llevar años atrapados en un campamento de refugiados, sin saber cuánto más tiempo estarán ahí.
pero el gobierno griego en una decisión dura e irracional cerro este campamento, en vez de crear refugios más dignos y respetuosos de los derechos de los migrantes y no optando por campos más peligrosos , inseguros y nocivos contra hombres, mujeres , niños, niñas y adolescentes vulnerables, que huyen de la guerra y la violencia, que provienen principalmente de Afganistán, Siria y Somalia y que como seres humanos merecen la protección de sus derechos y sus deberes en tierras distintas a las de su país de origen.
La crisis humanitaria de los migrantes en esa área del mundo, se agudiza y ni Ankara, ni Atenas, asumen responsabilidades. Ahora los migrantes están en medio de un enfrentamiento entre Turquía y Grecia, mientras el gobierno griego afirma que los inmigrantes están siendo «manipulados como peones» por Turquía para ejercer presión diplomática a la Unión Europea para que tome parte en la guerra que tiene su epicentro en Idlib (Siria) , Turquía se defiende alegando que enfrenta una masiva oleada migratoria de la que culpa al gobierno Sirio de Bashar al Asad y a las fuerzas rusas que lo apoyan en sus operaciones en Idlib, el último bastión rebelde, que es apoyado por Turquía.
Actualmente la situación de los migrantes es bien difícil, ya que, si bien Turquía no hace de muro de contención, para impedir su ingreso a Grecia, esta no los deja pasar y a quienes lo logran, los arrestan. Los migrantes están en una especie de encerrona, de un lado, Grecia los espera con bloqueos y en el otro, policías turcos fueron desplegados para detener el retroceso de los migrantes hacia su territorio, mientras Organizaciones humanitarias denuncian que los migrantes están en la primera línea de un conflicto que no les corresponde: «Es muy, muy triste, que veamos nuevamente a seres humanos tratados como armas políticas», asegura Francesco Rocca, presidente de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR).
En un informe de Save the Children sobre la situación de la infancia refugiada en Grecia se dice lo siguiente,’’ más de 20.000 niños, niñas y adolescentes refugiados no están pudiendo asistir a ningún tipo de colegio, su educación se ve amenazada al igual que su seguridad, salud o bienestar.
Urge una solución que garantice el interés superior del menor ante cualquier otra consideración’’, en estos desplazamientos los niños y las niñas mueren ahogados en el mar o asfixiados en camiones, se ven sometidos a las mafias, a la explotación y la trata de personas, padecen hambre, frío, falta de sitios seguros donde dormir, falta de asistencia médica y situaciones de violencia.
La situación migratoria en esta área del mundo es bien compleja e incierta para una gran cantidad de migrantes vulnerables, que buscan seguridad y mejor calidad de vida, esto lo expresa con la mayor claridad el migrante Sirio Khalem Jasem cuando señala que,»No nos importa lo que digan, ya sean países árabes o países europeos, solo queremos una solución. ¿A dónde podemos ir? Ya no tenemos hogar, ni trabajo. No queremos nada, lo único que queremos es seguridad», ojala sea escuchada esta voz de los migrantes que reclaman la protección de sus derechos.
Por Luis Fernández
*El autor es político y comunicador