En un nuevo tiroteo en Estados Unidos, cuatro personas murieron y varias resultaron heridas en un hospital de Tulsa, Oklahoma, cuando un atacante armado con un rifle y una pistola ingresó al centro de salud, informó la Policía local.
Cerca de la medianoche de este miércoles no había trascendido ni la identidad ni las motivaciones del agresor. La policía calcula que tendría entre 35 y 40 años.
“Hay cuatro personas que fallecieron, tenemos el tirador que está muerto y creemos que se suicidó”, ha señalado el subjefe de la policía de Tulsa, Eric Dalgleish.
El comandante Dalgleish dijo que la policía recibió una llamada sobre un tirador activo a las 16:52 hora local (20:52 GMT) y llegó al lugar en tres minutos.
«Los agentes de policía que llegaron escucharon disparos en el edificio y eso fue lo que los dirigió al segundo piso», explicó.
Actualmente, la policía está entrevistando a varios testigos en todo el edificio, incluidos los que estaban en el segundo piso, donde ocurrió el ataque.
En declaraciones a ABC News, el capitán Richard Meulenberg dijo que cuando la policía llegó al campus médico «encontraron que algunas personas habían recibido disparos» y algunas de ellas ya habían muerto.
Este nuevo tiroteo tiene lugar mientras el país continúa reponiéndose de la masacre ocurrida el pasado 24 de mayo, cuando 19 niños y dos profesoras fueron asesinados por disparos de un joven de 18 años en una escuela de Uvalde, Texas, donde el agresor fue abatido después por la policía.
Es mismo mes, el pasado 14 de mayo, un hombre blanco de 18 años mató a 10 personas, en su mayoría negras, en un supermercado en Buffalo, Nueva York. El atacante, que se describió a sí mismo como un supremacista blanco, fue arrestado en el lugar y acusado de terrorismo doméstico este miércoles.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió este martes que se reunirá con miembros del Congreso para tratar la cuestión del control de las armas de fuego, después de lo ocurrido en Uvalde, el tiroteo escolar más mortífero sucedido en Estados Unidos desde el de Sandy Hook, en el que murieron 27 personas, incluido el atacante, en diciembre de 2012.