Estoy plenamente convencida, debido a los aprendizajes que he tenido a lo largo de mi vida, que no existen dos seres humanos iguales, especialmente en lo que a emociones se refiere, pero sí hay muchas formas de actuar que deben ser modificadas.
Hoy hablaré del amor, sentimiento hermoso, el cual, sea quien sea la persona por la cual lo sintamos, debemos demostrárselo, con toda la intensidad del mundo, sin esperar que se vaya de la faz de la tierra, para estar gritando a los cuatro vientos todo lo que guardábamos en nuestro corazón.
No es necesario que asumamos que esa persona sabe lo que sentimos por ella, debemos decírselo con palabras y acciones.
Cuando amamos, es sumamente gratificante sorprender a ese ser especial con abrazos y besos inesperados, que lo hagan sentirse valorado, y que, aunque hayan pasado muchos años, ese amor, en vez de disminuir, aumente.
Hay que crearle siempre espacio a la ternura. La observación es válida para todos los seres queridos, pero de manera especial, para las parejas, nunca debemos lucir como simples compañeros de casa, aunque pasen los años, siempre es grato encontrar el momento oportuno para detalles cariñosos. Los abrazos y besos nunca pasan de moda, ni envejecen con el paso de los años.
Actualmente, estoy en trámites de pensión, pero nunca ¨pensionada¨ de la vida, y si algo me hace bendecir ese lugar en el que laboré durante tanto tiempo, son algunas personas especiales, a las que nunca me canso de manifestarles el cariño especial que siento por ellas.
De manera personal, tengo un jovencito, quien a diario viene a nuestra casa, en función de delivery, no sé en qué momento me adoptó en su corazón, realmente nunca me ha llamado por mi nombre, me dice mamá bella, mamá hermosa, que lo que yo necesite, me lo busca hasta en la luna, que nunca olvide que me ama.
Esas expresiones, lo hacen irreemplazable, por la sencilla razón de que lo que me dice, siento que le brota del corazón. ¡SI SIENTES AMOR POR ALGUIEN, DICELO SIEMPRE!
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)
*La autora es psicóloga clínica