Viejo, palabra temida por casi todas las personas que han alcanzado una cantidad significativa de años.
Se usan diferentes sinónimos para enmascarar la vejez, como, por ejemplo: Adulto mayor y envejeciente. Pero, en conclusión, su significado es obvio.
Para algunos, esa parte de la vida es catastrófica, en cambio para otros, grupo en el cual me ubico, es una etapa muy interesante, pues, aunque les cause risa, podemos mantener cierta apertura al futuro.
Pensarán que estoy loca, realmente no me importa, pero si pensamos que futuro, según una definición que encontré, es el tiempo que vendrá después del presente, o lo que podemos esperar, de no llegar, nos quedaremos “estancados”. Prefiero estar abierta al porvenir, lo cual siempre tendrá un efecto positivo, debido que, al suceder eso, no cumpliríamos más años, pero tampoco avanzaríamos, que sería como dejar de vivir.
Envejecer, no significa que somos seres inútiles, sin perspectivas, que, por el simple hecho de no estar laborando, estamos pensionados de la vida, tampoco que siempre vamos a estar dispuestos a coger mucha lucha para ayudar a resolver problemas a otros que piensan que no tenemos nada que hacer.
En lo que a mi respecta, el calendario no ha podido aplacar mi espíritu alegre, ni mucho menos ha podido impedir que tenga proyectos en los cuales confío y estoy trabajando. Sobreviví al pasado, estoy activa en el presente, y confío en mi futuro.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)
*La autora es psicóloga clínica