LONDRES (AP) — Carlos Alcaraz sólo tuvo un pequeño bache en la final de Wimbledon ante Novak Djokovic el domingo, un lapso de cinco puntos que hicieron que pasara de estar a punto de ganar a cerca de colapsar.
Tras dominar los primeros dos sets y luego de pelear los embates de Djokovic en el tercer, Alcaraz llegó a estar a punto del campeonato sacando arriba 5-4 y 40-0. Pero cometió a una doble falta. Erró en una volea y luego en un derechazo y otro derechazo después. De pronto estaban empatados a cinco. Alcaraz se veía nervioso y Djokovic parecía tener esperanza. De pronto había emoción.
Requirió unos 20 minutos para coronar el encuentro y aunque ciertamente Alcaraz es un chico apurado, se estabilizó para vencer 6-2, 6-2, 7-6 (4) a Djokovic y con lo que sumó su cuarto título de Grand Slam a los 21 años.
“Para mí”, indicó Alcaraz tras recibir el plato de oro de campeón de manos de Kate, la Princesa de Gales, “este es el momento más hermoso del torneo, en la cancha más hermosa y obviamente el trofeo más hermoso”.
Fue una revancha de la final del año pasado en el torneo de césped en el All England Club, que el español ganó en cinco sets. En esta ocasión fue más sencillo, al menos hasta que trastabilló con tres puntos para partido sacando para el triunfo 5-4 en el tercer set.
“Fue difícil para mí”, reconoció Alcaraz, quien tiene marca de 4-0 en finales de majors, incluyendo su primer Grand Slam en el U.S. Open 2022 cuando aún era un adolescente. “Intenté mantener la calma y mantenerme positivo”.
Lo logró, se reagrupó y consiguió su segundo título de Grand Slam consecutivo tras ganar el mes pasado en la arcilla del Abierto de Francia.
Djokovic, de 37 años y portando una manga gris en su reparada rodilla derecha, no logra sumar su octavo título en Wimbledon e incrementar su total a 25 campeonatos en un major.
El serbio sufrió un desgarro en el menisco de la rodilla derecha el 3 de junio en Roland Garros y dos días después se sometió a una operación en París.
“Cuando reflexiono en lo que he vivido”, sentenció Djokovic, Puedo decir que me siento satisfecho”.
Menos de seis semanas después, Djokovic estuvo lejos de sus mejores actuaciones —y ciertamente Alcaraz tuvo un poco de culpa en esto.
“Especialmente en los primeros dos sets, el nivel de tenis no fue el mejor de mi parte”, reconoció Djokovic, cuyos dos hijos estaban en el box de invitados. “Lo tuvo todo hoy. Intenté empujarlo, pero estaba destinado a suceder”.
En el tercer set Djokovic tuvo su único quiebre de servicio del día para el 5-5 y los espectadores comenzaron a corear “¡Nole! ¡Nole!” a Djokovic, mientras que otros respondieron coreando “¡Vamos Carlos! ¡Vamos!”
Pero en el subsecuente desempate, Alcaraz consiguió su cuarto punto para partido y mantuvo la calma. Pronto estaba escalando hacia las gradas para abrazar a su entrenador Juan Carlos Ferrero y otros asistentes.
Casi dos horas y media antes, el primer game parecía vaticinar un encuentro de ida y vuelta —uno tan largo que quizá llegó a preocupar a algunos asistentes si tendrían suficiente tiempo para llegar a un pub o a su casa para ver la final de la Eurocopa entre Inglaterra y España más tarde. Por supuesto, Alcaraz también está interesado.
Ese game consistió de siete deuces y 20 puntos a lo largo de 14 minutos en los que ambos tenistas tuvieron momentos brillantes. Sprints, deslices y estiramientos para defender de Djokovic. Retornos ganadores de Alcaraz. Alcaraz aprovechó su quinto punto de quiebre al responder a un saque de 125 kilómetros por hora que llevó a un derechazo abierto de Djokovic.
Esto resultó ser el punto más competitivo del encuentro, hasta el tercer set.