ATLANTA (AP)– Un chico que pasó buena parte de la temporada en las menores logró que los Bravos siguieran en la pelea. Luego, el bateo volvió a la vida.
Y en un tris, Atlanta quedó a un triunfo de lo que sería su primer título de la Serie Mundial en 26 años.
Dansby Swanson y el emergente cubano Jorge Soler conectaron jonrones en turnos seguidos durante el séptimo inning, y los Bravos superaron el sábado 3-2 a los Astros de Houston para tomar una ventaja de 3-1 en el Clásico de Otoño.
El quinto juego está previsto para este domingo por la noche. Los Bravos pueden coronarse en su propio parque, como lo hicieron dos estadios atrás, en 1995, cuando derrotaron a los Indios de Cleveland en el compromiso definitivo.
«Es un momento estupendo para esta ciudad», dijo Swanson. «Pero nos queda un juego más. Tenemos un gran club y no vamos a pensar que tenemos el triunfo asegurado».
Aquel cetro en el viejo Atlanta-Fulton County Stadium sigue siendo el único de Serie Mundial de la franquicia desde 1966, cuando se mudó al sur del país.
La situación actual constituye lo más cerca que han estado los Bravos de ser monarcas de las Grandes Ligas desde entonces.
Y se han colocado en esta posición gracias a un héroe absolutamente inesperado.
Kyle Wright, elegido alguna vez en la primera ronda del draft y quien sólo había decepcionado en las oportunidades repetidas que le habían dado los Bravos, aportó cuatro innings y dos tercios de relevo, después de que Dylan Lee, quien abrió el partido de forma sorpresiva, retiró apenas a un bateador.
Wright no tuvo precisamente una actuación sólida. Permitió cinco hits, incluido un jonrón del venezolano José Altuve en la cuarta entrada que amplió la ventaja de Houston a 2-0. Por si fuera poco, expidió tres boletos.
Sin embargo, logró resolver los problemas de algún modo, manteniendo vivas las esperanzas de Atlanta hasta que los bates despertaron.
«Probablemente él no se da cuenta de lo que hizo, cuán grande fue», comentó el manager de Atlanta, Brian Snitker. «Estoy muy orgulloso por la forma en que manejó la situación».
Así, los Bravos mejoraron a una foja de 7-0 como locales en la presente postemporada.
«Simplemente tuvo una actitud increíble», dijo Swanson. «Fue algo de primer nivel, asombroso».
Luego, en el sexto capítulo, el boricua Eddie Rosario se convirtió en el primer bateador de Atlanta en pasar de la inicial, al conseguir un doble frente a Brooks Raley cuando había un out.
Rosario terminó anotando en otro hit clave de Austin Riley en los playoffs, un sencillo al jardín izquierdo contra Phil Maton, cuando había dos fuera.
Los Bravos dejaron las bases llenas, pero no habían terminado. Con dos swings dieron la primera voltereta en la pizarra que se haya registrado en esta Serie Mundial.
Ante el dominicano Cristian Javier, Swanson bateó un jonrón que igualó el encuentro 2-2. La pelota viajaba a tal velocidad que rebotó en una sección del graderío del jardín derecho y volvió al cuadro.
«Yo pensé: ‘Vamos a olvidarnos de todo lo demás. Simplemente hay que competir'», relató Swanson. «Y, ¿saben qué? Ocurrió algo asombroso».
La celebración de ese batazo continuaba, cuando llegó el segundo.
Soler llegó como emergente a la caja de bateo. Con cuenta de 2-1 y también ante Javier, encontró un slider que se quedó alto y colocó la esférica en el bullpen de los Astros, detrás del jardín izquierdo.
Su compatriota cubano Yordan Álvarez se quedó colgado de la barda, sin impedir que la pelota le pasara por encima de la cabeza.
Por los Astros, los venezolanos Altuve de 5-2 con dos anotadas y una empujada, Marwin González de 1-0. Los cubanos Yordan Álvarez de 3-0, Yuli Gurriel de 2-0, Aledmys Díaz de 1-0. Los puertorriqueños Carlos Correa de 4-1 con una remolcada, Martín Maldonado de 4-1.
Por los Bravos, el puertorriqueño Rosario de 4-2 con una anotada. El venezolano Orlando Arcia de 1-0. El cubano Soler de 1-1 con una anotada y una remolcada.