SAINT-DENIS, Francia (AP) — Noah Lyles tuvo que esperar unos segundos antes de poder celebrar su triunfo. Abrazado de su rival Kishane Thompson, el velocista estadounidense contempló las pantallas gigantes en el Stade de France y cuando se confirmó su triunfo en los 100 metros planos de los Juegos Olímpicos de París 2024 hizo erupción.
Lyles arrancó el número que estaba pegado en su pecho, lo mostró a las tribunas y comenzó a saltar emocionado. El festejo no era para menos porque ya es el hombre más rápido del planeta.
El estadounidense tuvo que realizar un cierre espectacular en los 10 metros finales y requirió estirar su cabeza para superar por cinco milésimas de segundos a Thompson apenas por cinco milésimas de segundo, teniendo que esperar 30 segundos tras el final de un apretadísimo sprint para que se confirmara que había superado al jamaicano.
Lyles, quien había pasado problemas en las rondas clasificatorias y no corrió en el carril central, marcó un tiempo de 9.79 idéntico al de Thompson, quien se quedó con la plata. Todo se definió con una fotografía.
El estadounidense Fred Kerley se apoderó de la presea de bronce con 9.81.
La prueba fue la más cerrada en 100 metros al menos desde Moscú, o quizá antes. En ese momento, el británico Allan Wells superó por muy poco al cubano Silvio Leonard en una era en la que el conteo no iba a las milésimas de segundo.
Que suerte que ahora se utiliza.
“Pensé que le había ganado”, dijo Thompson. “No estaba seguro. Fue tan estrecho”.
La victoria de Lyles regresa a Estados Unidos a lo más alto del podio en la prueba reina del atletismo por primera vez desde Atenas 2004 cuando Justin Gatlin ganó la medalla de oro.
¿Cuál fue la diferencia? Tal vez la velocidad de Lyles en el cierre y cómo se estiró en la meta.
Lyles y Thompson tuvieron dos de los tres arranques más lentos, y Thompson asomaba primero en el punto medio. La foto, de hecho, muestra la zapatilla naranja de Kerley bien al frente en la meta. Pero es el pecho que quiebre la barrera lo que cuenta, y Lyles les ganó a todos por un pelo.
Tomó más tiempo decidir quién iba a suceder al italiano Marcell Jacobs como nuevo campeón olímpico.
Lyles le tocó el hombro a Thompson durante una espera que se hizo eterno. Cuando el estadounidense supo que el oro era encontró una cámara de televisión para mandar un mensaje a sus compatriotas.
“¡Se los dije que esto era mío!”, gritó.
Lyles, de 27 años y medalla de bronce en los 200 metros en Tokio hace tres años, logró su primera medalla de oro en unos Juegos Olímpicos.
Llegó a sus segundos Juegos Olímpicos como una de las grandes atracciones, especialmente luego de ganar tres medallas de oro en el Mundial de Budapest, donde culminó en lo más alto del podio en los 100 y 200 metros, además en el relevo 4×100.
En París buscará repetir ese triplete y además agregar una medalla más en el relevo 4×400 para emular los cuatro oros en una sola justa veraniega que logró Carl Lewis, quien ganó un cuarto oro en el salto largo, además de los 100, 200 y el relevo.
La siguiente prueba del estadounidense será a partir del lunes en las rondas clasificatorias de los 200, que es su especialidad.
Por lo pronto, tiene unas horas para festejar.