El Banco Central (BCRD), en su reunión de política monetaria de agosto de 2022, decidió aumentar su tasa de interés de política monetaria en 25 puntos básicos, de 7.75% a 8.00% anual. De este modo, la tasa de la facilidad permanente de expansión de liquidez (Repos a 1 día) pasa a 8.50% anual y la tasa de depósitos remunerados (Overnight), a 7.50% anual.
Esta decisión se basa en una evaluación exhaustiva del comportamiento reciente de la economía mundial y su impacto sobre la inflación, considerando los conflictos geopolíticos y el choque de costos global.
En ese orden, la dinámica de los precios continúa afectada por factores externos más persistentes de lo previsto, asociados al incremento extraordinario de los precios del petróleo y de otras materias primas, así como a los elevados costos del transporte internacional de contenedores y otras disrupciones en las cadenas de suministros.
En adición, la inflación doméstica ha estado influenciada por los efectos de segunda vuelta de estos componentes externos y por presiones de demanda interna, en la medida que la economía se ha recuperado de forma notable con relación a los niveles previos a la pandemia.
En particular, la variación mensual del índice de precios al consumidor (IPC) se situó en 0.50% durante julio de 2022, mientras que la inflación interanual, es decir en los últimos 12 meses, se ubicó en 9.43%, moderándose con respecto a su nivel más alto alcanzado en 2022 de 9.64% en el mes de abril y proyectándose una desaceleración mayor en los próximos meses. De igual forma, la inflación subyacente interanual, que excluye los componentes más volátiles de la canasta, comienza a dar señales de moderación, al pasar de 7.29% en el mes de mayo a 7.10% en julio.
Ante un panorama de elevadas presiones inflacionarias, el BCRD inició a finales del año 2021 un proceso de restricción monetaria a través de incrementos en su tasa de política monetaria y de reducción del excedente de liquidez del sistema financiero con el objetivo de evitar riesgos de sobrecalentamiento de la economía y de un deterioro del diferencial con respecto a las tasas de interés externas.
Luego de estas medidas, se ha registrado un aumento importante en la tasa de interés pasiva, mientras que el incremento en la tasa de interés activa ha sido más gradual, manteniéndose por debajo de los niveles previos a la pandemia. Asimismo, se ha verificado una moderación significativa en el crecimiento de los agregados monetarios.
Las medidas recientes implementadas por el banco central han revertido la postura monetaria expansiva adoptada durante la pandemia, lo que continuará contribuyendo a la convergencia gradual de la inflación al rango meta de 4% ± 1% durante el horizonte de política monetaria. En este escenario activo de política monetaria, el BCRD estará dando seguimiento permanente a las condiciones financieras externas y a las expectativas de los agentes económicos, para tomar las medidas necesarias que permitan mantener la estabilidad de precios.
En el entorno internacional, se mantienen los altos niveles de incertidumbre, debido principalmente al enfrentamiento bélico entre Rusia y Ucrania, provocando un deterioro de las proyecciones económicas globales. En ese sentido, los pronósticos para el crecimiento mundial continúan revisándose a la baja hasta 2.6% en 2022 según Consensus Forecasts, mientras permanecen elevadas las perspectivas para la inflación internacional.
En Estados Unidos de América, nuestro principal socio comercial, el crecimiento se ha desacelerado a 1.7% interanual en el segundo trimestre de 2022, equivalente a una contracción intertrimestral anualizada de -0.6%. En este escenario, Consensus Forecasts moderó las perspectivas de crecimiento de la economía estadounidense a 1.7% para este año.
La inflación interanual en ese país supera más de cuatro veces a la meta oficial que mantiene la Reserva Federal de 2.0 %, aunque comienza a moderarse al pasar de 9.1% en junio a 8.5% en el mes de julio. En este contexto, la Reserva Federal ha incrementado su tasa de referencia en 225 puntos básicos durante este año y, luego de la intervención del presidente de la Fed, Jerome Powell, en Jackson Hole, la mayoría de los analistas del mercado espera que en la reunión de septiembre se incremente la tasa en 75 puntos básicos, por tercera ocasión consecutiva.
En cuanto a la Zona euro, las previsiones económicas están siendo afectadas por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, proyectándose una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) de 2.8% en 2022; mientras que la inflación interanual continúa incrementándose hasta alcanzar 8.9% en julio, la más alta en la historia de este bloque de países.
En ese contexto, el Banco Central Europeo en su reunión de julio incrementó la tasa de política monetaria en 50 puntos básicos y anunció que considera apropiado realizar otros aumentos en los próximos meses. Cabe destacar que, el Reino Unido, que no pertenece a la Zona euro, tiene una inflación interanual de 10.1% y ha incrementado su tasa de interés de referencia en 165 puntos básicos en el transcurso de este año 2022.
En América Latina, casi todos los bancos centrales de la región acumulan incrementos significativos en sus tasas de referencia desde el año 2021 para enfrentar los elevados niveles de inflación, como es el caso de Argentina (3,150 puntos básicos), Brasil (1,175 puntos básicos), Chile (925 puntos básicos), Paraguay (750 puntos básicos), Colombia (725 puntos básicos), Costa Rica (675 puntos básicos), Perú (625 puntos básicos), Uruguay (575 puntos básicos), México (425 puntos básicos), Nicaragua (200 puntos básicos) y Guatemala (50 puntos básicos).
Con relación a las materias primas, el precio del barril de petróleo intermedio de Texas (WTI) ha registrado una tendencia a la baja en los últimos meses, al pasar de un promedio de US$115 por barril durante junio de 2022 a cerca de US$94 por barril durante agosto.
En tanto, los precios internacionales de bienes primarios alimenticios, como maíz, trigo, sorgo y soya, han registrado una disminución motivada por la moderación de la demanda global y mejorías por el lado de la producción, aunque aún se mantienen por encima de los niveles de la pre-pandemia.
En el entorno doméstico, la economía dominicana se ha expandido por encima de su potencial, al crecer de forma acumulada en 5.5% durante los primeros siete meses de 2022, luego de una variación interanual de 4.7% durante el mes de julio. La evolución positiva de la actividad económica ha contribuido a una mejoría importante en el mercado laboral, reflejada en una disminución de la tasa de desocupación abierta, al pasar de 8.0% en el primer trimestre de 2021 a 5.2% en abril-junio de 2022.
A pesar del complejo panorama internacional, los modelos de pronósticos apuntan a un crecimiento económico para el cierre del año 2022 en torno a 5.0%, una de las expansiones más altas entre las economías emergentes y de la región, prácticamente el doble de lo que se espera para América Latina según Consensus Forecasts, y cónsono con lo señalado por los organismos internacionales, tales como el FMI y el Banco Mundial.
Como reflejo del impulso de la demanda interna, el crédito privado en moneda nacional está creciendo por encima del 13% interanual al cierre de agosto, impulsado principalmente por el financiamiento a los hogares, así como a los sectores agropecuario, construcción y comercio. Es importante destacar que, este crecimiento está por debajo de la expansión del PIB nominal, lo que es consistente con la postura de política monetaria.
En cuanto a la política fiscal, se destacan las mayores recaudaciones con relación a lo estimado, que han otorgado el espacio necesario para aplicar subsidios y otras medidas orientadas a mitigar el impacto de los mayores precios internacionales de las materias primas sobre la producción nacional y los hogares, especialmente los más vulnerables.
Por otro lado, se ha observado una apreciación interanual del tipo de cambio de aproximadamente 7.3% al cierre de agosto, como resultado del dinamismo de las actividades generadoras de divisas (turismo, exportaciones, remesas e inversión extranjera directa) y de las mayores entradas de capitales, cimentadas en los buenos fundamentos macroeconómicos de la República Dominicana.
En ese contexto, el Banco Central ha estado comprando divisas a través de la Plataforma Electrónica de Divisas con el objetivo de fortalecer sus reservas internacionales y para evitar una caída abrupta del tipo de cambio.
De esta forma, el ente emisor ha realizado compras netas de divisas mayores a los US$1,200 millones durante los últimos tres meses, lo que ha contribuido a que las reservas internacionales se ubiquen en torno a los US$14,000 millones, equivalentes a cerca de 13% del PIB y unos seis meses de importaciones, superando las métricas recomendadas por el FMI.
Es importante resaltar que la economía dominicana se encuentra en una buena posición para continuar enfrentando el choque adverso, tomando en cuenta la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos y la resiliencia de los sectores productivos.
El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos, por lo que se mantendrá monitoreando la coyuntura internacional y las presiones inflacionarias, con el propósito de adoptar medidas adicionales ante factores que puedan poner en riesgo la estabilidad de precios.