Santo Domingo, RD.- El Ministro de Relaciones Exteriores y Cultos de Haití, doctor Claude Joseph, afirmó que su país está comprometido con realizar elecciones libres, democráticas y transparentes en el año 2021. Joseph defendió el proceso de reforma constitucional que se lleva a cabo actualmente.
El canciller Joseph dijo que Haití tiene dos grandes retos que están en marcha materializarse. Reformar la Constitución de la República, realizar elecciones presidenciales, parlamentarias y territoriales (municipales), cuyas autoridades electas se instalarán el 7 de febrero 2022.
El jefe de la diplomacia haitiana dijo que es lógico que la nueva constitución se adopte antes de las elecciones. Porque, si las elecciones se celebran antes de la adopción de una nueva Constitución, los funcionarios electos prestarán juramento sobre la Constitución de 1987, y el mismo círculo vicioso continuará.
Dijo que con el fin de revertir de manera sostenible esta tendencia y allanar el camino para la estabilidad y el progreso del país, el presidente de Haití, Jovenel Moise, asumió la tarea de dar voz al pueblo haitiano de pronunciarse por referéndum sobre la adopción de una nueva Constitución. Esa noble misión es importante resaltar, dijo el canciller Joseph.
Según el calendario propuesto por la comisión independiente que trabaja en la nueva constitución, el referéndum se celebrará en marzo de 2021, indicó el canciller haitiano.
“La Administración actual se compromete a hacer de 2021 un año electoral. Será inevitablemente el momento de la alternancia política, de la renovación del personal político y de las instituciones republicanas. El pueblo haitiano deberá elegir a sus representantes a nivel de las autoridades locales, el parlamento y la presidencia de la República”, expresó el ministro haitiano durante un encuentro con diplomáticos acreditados en Haití con residencia en la República Dominicana.
Además, señaló, que en su país existe un diálogo entre todos los actores de la sociedad de cara a la necesidad que tiene el país de contar con una nueva Constitución moderna que garantice la estabilidad y el bienestar de todos los ciudadanos.
“El gobierno se compromete a hacer todo lo que esté a su alcance para que estas elecciones sean libres, transparentes e inclusivas y, sobre todo, a la altura de los desafíos y expectativas de las personas y amigos de la comunidad internacional. Se entabla un diálogo permanente con los distintos componentes de la clase política para garantizar la más amplia participación posible en estos procesos. También se están tomando medidas para garantizar un clima de seguridad tranquilo, promoviendo la campaña electoral y la libre participación de los ciudadanos en las elecciones”, manifestó el canciller Joseph a los embajadores.
Sostuvo que el Gobierno no escatima ningún esfuerzo para garantizar que el Parlamento vuelva a ser funcional y que un Presidente elegido democráticamente preste juramento el 7 de febrero de 2022.
Más equilibrio de poderes
El país se ha embarcado en una amplia Reforma Constitucional para pasar página de la Carta Magna post-dictadura de 1987, dijo canciller haitiano.
Manifestó que expertos haitianos, representantes de las Naciones Unidas y de la Organización de los Estados Americanos son todos unánimes en reconocer la necesidad de cambiar esta Constitución que, estiman, ha hecho su tiempo.
“Me gustaría señalarles que en treinta y tres (33) años, la República de Haití ha conocido a más de quince Jefes de Estado y alrededor de treinta (30) Primeros Ministros, mientras que, normalmente, durante este período, el país debería estar en su sexto (6to) presidente. Con esto les cuento cómo esta situación de inestabilidad crónica socava los esfuerzos enfocando al desarrollo sostenible de mi país y al bienestar de la población”, manifestó el canciller haitiano.
Sostuvo que esta situación, por decir lo menos catastrófica, es el resultado de un grave desequilibrio estructural entre los tres poderes del Estado, desequilibrio que está consagrado en el corazón de la Constitución vigente desde los inicios de la transición democrática en Haití.
Indicó que “Este desequilibrio se caracteriza principalmente por la fragmentación del Poder Ejecutivo entre un Presidente elegido por sufragio universal, pero sin grandes prerrogativas, y un Primer Ministro no electo, emanado de los dos poderes del Parlamento, pero en cuyas manos se concentran todas las palancas del poder efectivo. El triste resultado es la persistencia de repetidas crisis políticas que socavan el funcionamiento regular del Estado y la sociedad”.