Emma Coronel Aispuro, esposa del exlíder del cartel de la droga Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera, fue sentenciada a tres años de prisión este 30 de noviembre, después de declararse culpable de una serie de cargos de tráfico de drogas hace unos meses.
La ex reina de belleza adolescente y ciudadana de México y Estados Unidos se casó con el Chapo en 2007.
En junio se declaró culpable de conspirar para distribuir drogas en los Estados Unidos, de lavar dinero y de violar la Ley de Designación de Capos de Narcóticos Extranjeros, también conocida como la “Ley Kingpin”, por participar en transacciones con una persona designada como “narcotraficante extranjero importante” por el gobierno de los Estados Unidos.
Admitió haber ayudado a Guzmán a dirigir el Cártel de Sinaloa y haber colaborado en su fuga de prisión en 2015. Guzmán, de 63 años, está cumpliendo cadena perpetua en Colorado por tráfico de drogas y lavado de dinero.
Coronel fue detenida el 22 de febrero en el aeropuerto internacional de Dulles, en Virginia. Ha estado encarcelada sin derecho a fianza en Virginia desde su arresto.
Los fiscales federales solicitaron una sentencia de cuatro años de prisión, seguida de un período de cinco años de libertad supervisada, según documentos judiciales. Enfrentaba potencialmente 14 años de cárcel bajo las directrices de imposición de condenas.
El juez Rudolph Contreras del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos en Washington DC finalmente la condenó a 36 meses, seguidos de 48 meses de libertad supervisada.
Anthony Nardozzi, jefe adjunto de litigio de la sección de narcóticos en el Departamento de Justicia, dijo el martes en la corte que Coronel no era una “organizadora” dentro del imperio en expansión de las drogas de su esposo, sino una “pieza en un enorme engranaje” del crimen.
Los fiscales argumentaron que Coronel fue una “conspiradora conjunta en las actividades” del Cártel de Sinaloa desde 2011 y, al menos, hasta el 19 de enero de 2017.
El 10 de junio, como parte de un acuerdo, Coronel se declaró culpable de los cargos de conspiración para distribuir cinco kilogramos o más de cocaína, un kilogramo o más de heroína, 500 gramos o más de metanfetamina, y mil kilogramos o más de marihuana, además del de conspiración para lavar el dinero derivado de la venta de estas drogas.
Luego de que Guzmán Loera fuera encarcelado en 2014, Coronel ejerció como mensajera dentro de la organización para llevar mensajes relacionados con “cobro de deudas de drogas, traslado de drogas y armas, y actos de violencia”, según los fiscales.
Los fiscales también argumentaron que ella ayudó a coordinar el escape del Chapo, al sobornar a autoridades carcelarias para conseguir las condiciones que favorecieran el escape de su celda en 2015 a través de un túnel subterráneo.
A pesar de que las directrices federales de imposición de condenas indicaban 14 años de prisión por los cargos en su contra, los fiscales propusieron una “disminución de la pena imponible” en su posible condena, pues destacaron que ella tuvo un papel mínimo dentro del imperio de Joaquín Guzmán, además de que voluntariamente se entregó a las autoridades judiciales.
Ella no tiene antecedentes penales y “asumió la responsabilidad de sus acciones”, agregó Nardozzi. Además, entregó US$1,5 millones al gobierno provenientes del dinero del cartel.
“Le ruego que no permita que [mis hijas] crezcan sin su madre”, le pidió al juez el martes, antes de que se dictara su condena.
“Espero que críe a sus gemelas en un ambiente distinto al que usted ha vivido hasta la fecha”, declaró el juez Contreras. “Buena suerte”.
Fuente: Agencias