El presidente ruso, Vladimr Putin, realizó una prueba de cuatro misiles balísticos intercontinentales desde un submarino en una formidable demostración de fuerza para Estados Unidos que su arsenal nuclear está preparado en medio de tensiones.
El submarino Vladimir Monomakh de la Flota del Pacífico lanzó cuatro misiles Bulava en rápida sucesión desde una posición submarina en el Mar de Okhotsk, que se encuentra cerca de la península de Kamchatka en Rusia, el sábado, según el Ministerio de Defensa.
Los misiles ficticios alcanzaron sus objetivos designados en el campo de tiro de Chiza en la región de Arkhangelsk, en el noroeste de Rusia, a más de 3.400 millas de distancia, dijo el ministerio en un comunicado.
El Vladimir Monomakh es uno de los nuevos submarinos nucleares de clase Borei que llevan 16 misiles Bulava cada uno y están destinados a servir como el núcleo del componente naval de las fuerzas nucleares de la nación durante las próximas décadas.
En 2018, otro submarino del mismo tipo realizó un lanzamiento similar de cuatro misiles Bulava que imitaban las condiciones de un gran conflicto nuclear y fue una demostración costosa de la eficiencia de la disuasión nuclear del país.
El ministro de Defensa, Sergei Shoigu, dijo en un informe al presidente Putin que el lanzamiento concluyó con simulacros a gran escala de las fuerzas nucleares estratégicas de Rusia que comenzaron el miércoles.
Las maniobras también vieron a otro submarino nuclear ruso realizar un lanzamiento de práctica de un misil balístico intercontinental (ICBM) desde el mar de Barents, se lanzó un misil balístico intercontinental desde la instalación de Plesetsk en el noroeste de Rusia y se dispararon bombarderos estratégicos Tu-160 y Tu-95 misiles de crucero en objetivos de prueba en un rango ártico.
Rusia ha ampliado sus ejercicios militares en los últimos años en medio de tensiones con Occidente, ya que las relaciones se han hundido a mínimos posteriores a la Guerra Fría después de la anexión de Moscú de la península de Crimea en Ucrania en 2014.
La serie de lanzamientos de misiles se produce menos de dos meses antes de que expire el nuevo tratado START (Tratado de Reducción de Armas Estratégicas) entre Estados Unidos y Rusia a principios de febrero.
Moscú y Washington han discutido la posibilidad de su extensión, pero hasta ahora no han logrado superar sus diferencias.
El nuevo START fue firmado en 2010 por el presidente estadounidense, Barack Obama, y el presidente ruso, Dmitry Medvedev.
Limita a cada país a no más de 1.550 ojivas nucleares desplegadas y 700 misiles y bombarderos y prevé amplias inspecciones in situ para verificar el cumplimiento.
Después de que Moscú y Washington se retiraron del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio de 1987 el año pasado, el Nuevo START es el único acuerdo de control de armas nucleares que queda entre los dos países que aún sigue en pie.
Los defensores del control de armas han advertido que su expiración eliminaría cualquier control sobre las fuerzas nucleares estadounidenses y rusas, en un golpe a la estabilidad global.