Buenos Aires (AFP).- El expresidente socialista Evo Morales prepara su regreso a Bolivia, tras un año de exilio, pero descarta cualquier participación en el gobierno de su delfín Luis Arce y asegura que se dedicará a la actividad sindical y la piscicultura.
Sin que aún se haya fijado la fecha de la toma de mando de Arce y del vicepresidente electo David Choquehuanca, Morales dijo este lunes en una entrevista por Zoom a la AFP que la Confederación Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia será la instancia que decida el día de su retorno, reseñó AFP.
«Hay compañeros que me piden que vaya a la posesión y estoy muy agradecido. El hermano (presidente de Argentina) Alberto Fernández, tan solidario, tan humano, me ha ofrecido llevarme a Bolivia. Tengo invitación (a la ceremonia). Todavía los movimientos sociales están debatiendo. Van a decidir ellos», enfatizó.
«La Confederación Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia está reunida, consultando cuándo vuelvo. Me piden que yo vuelva el día 11 de noviembre, porque yo salí un 11 de noviembre. Es muy simbólico. Pero repito, no está definido, ellos decidirán», indicó.
Morales tenía orden de detención preventiva en Bolivia por acusaciones de «terrorismo», que él atribuye a «una guerra sucia», pero este lunes esa orden de arresto fue anulada por la justicia.
Se dedicara actividad sindical y la crianza de peces
Sobre sus planes una vez que regrese a su país, Morales sostuvo que se instalará en la región de Cochambamba, para retomar el activismo sindical en el que se inició en los años 1980 hasta llegar a la presidencia en 2006.
«(Estaré) en la zona del Trópico de Cochabamba, junto a los movimientos sociales y al MAS (Movimiento al Socialismo). Vamos a cuidar, a defender nuestro proceso, vamos a acompañar a Lucho (Luis Arce), por supuesto, somos militantes. Vamos a cuidar nuestros principios ideológicos, también los programas sociales para bien de todo el pueblo boliviano», aseveró.
Ante la pregunta sobre si asumiría alguna función en el gobierno de Arce, respondió enfático: «No, para nada».
«Seguiré de dirigente sindical hasta cuando me lo permitan. En lo personal, (voy a) dedicarme a la agricultura. Estoy haciendo talleres por teléfono para tener piscinas de crianza de pescado. Está muy de moda el tambaquí. Los compañeros que tienen criadero de pescado tambaquí están ganando muy bien», apuntó.
«Golpe» y reconciliación
Morales, que gobernó Bolivia por casi 14 años, renunció a la presidencia el 10 de noviembre de 2019, tras perder el apoyo de las fuerzas armadas en medio de una crisis desatada por denuncias de fraude electoral.
Asilado inicialmente en México, se refugió en Argentina en diciembre de 2019, al asumir la presidencia el centro-izquierdista Alberto Fernández.
Morales culpa de su salida del poder a Estados Unidos y al secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro.
«Es un golpe de Estados Unidos. El imperio ha conseguido que Evo no sea presidente. Pero el plan del imperio, junto a la derecha boliviana, era proscribir al MAS y no han podido», aseveró.
«Luis Almagro y su equipo técnico (misión de observación electoral) que estaba en Bolivia son responsables de tanta masacre, de no respetar la soberanía de un pueblo. Si tiene moral y ética que renuncie», insistió, en referencia a la auditoría de la OEA que estableció una «manipulación dolosa» de los comicios de 2019.
Sin embargo, Morales asegura que dentro de su país quiere reconciliación.
«Voy a hacer una tarea de reconciliación, no podemos estar enfrentados entre bolivianos, somos una familia. Por supuesto, tenemos diferencias ideológicas, programáticas, de clase. Quiero conversar con algunos grupos, con esos grupos de choque de la derecha. Tengo deseos de hablar. Es cuestión de tiempo», destacó.
Reelección
Morales intentó en 2019 conseguir su cuarto mandato consecutivo, luego de que el Tribunal Constitucional le habilitó a postularse nuevamente pese a que en 2016 había perdido un referéndum para permitirle otra reelección.
Un año después de esos comicios, el exgobernante dice que «el pueblo no se equivocó al pedir el continuismo».
«Cada país tiene su propia particularidad», señaló, al evocar varios periodos de inestabilidad política en Bolivia. «No es que Evo quería (la reelección). El pueblo me ha dicho ‘como estamos bien, para que siga bien hay que ratificarte, Evo’. Y ganamos en primera vuelta».
«Ahora ganamos otra vez, se ha replicado, en primera vuelta. Los resultados de las elecciones del 18 de octubre son la mejor prueba de que no hubo fraude, sí golpe», subrayó.