El gobierno de Cuba aseguró el domingo que está dispuesto a defender la revolución “al precio que sea necesario”, ante las históricas protestas contra la “dictadura”, observadas por Washington, que ha advertido a La Habana sobre el uso de la violencia contra manifestantes.
“¡La #RevolucionCubana la defenderemos al precio que sea necesario!”, proclamó el viceministro de Relaciones Exteriores, Gerardo Peñalver, en un tuit acompañado de un video de simpatizantes comunistas marchando al grito de “¡Yo soy Fidel!” y blandiendo banderas cubanas.
El presidente Miguel Díaz-Canel, sorprendido por las manifestaciones espontáneas que estallaron en varias ciudades del país – incluida La Habana – dio a los revolucionarios “la orden de combate”, llamando a que “salgan a las calles donde quiera que se vayan a producir estas provocaciones, desde ahora y en todos estos días”.
El gobierno de Estados Unidos reaccionó el domingo advirtiendo a las autoridades cubanas contra el uso de la violencia contra “manifestantes pacíficos”.
“Estados Unidos apoya la libertad de expresión y reunión en Cuba y condenaría fuertemente cualquier uso de la violencia contra manifestantes pacíficos que están ejerciendo sus derechos universales”, señaló en Twitter el asesor de Seguridad Nacional del gobierno estadounidense, Jake Sullivan.
Según el sitio de periodismo de datos Inventario, en total el domingo se registraron una cuarentena de manifestaciones, esparcidas en todo el territorio cubano.
La mayor parte fueron transmitidasen directo en las redes sociales, en este país en el que la llegada del internet móvil apenas en 2018 ha servido para promover las reivindicaciones de la sociedad civil.
A partir del medio día también se cortó el acceso a la 3G en gran parte del país y solo fue restaurada a mitad de la tarde.
“¡Cuba no es tuya!”
“¡Cuba no es tuya!”, gritaba una multitud reunida frente a las oficinas del Partido Comunista (PCC), la única formación política autorizada en Cuba.
“Tenemos hambre”, “Libertad”, “Abajo la dictadura” fueron otras de las consignas que corearon durante esta jornada, cuyo desarrollo motivó que el presidente se trasladara a mediodía a San Antonio de los Baños, la pequeña localidad en la primera concentración, con miles de participantes, y que apareciera después en la televisión estatal.
Se produjeron choques, sobre todo en La Habana, donde la policía utilizó gases lacrimógenos, disparó sus armas al aire y utilizó tubos de plástico para golpear a los centenares de manifestantes que se echaron a la calle, constataron los periodistas de la AFP.
Los partidarios del gobierno también realizaron algunas contramanifestaciones en la capital.
Un importante dispositivo policial y militar fue desplegado en la capital y varias ciudades de provincia.
Un videógrafo de Associated Press fue agredido por un grupo progubernamental, mientras que un fotógrafo de la misma agencia resultó herido por la policía, informó la empresa.
Varios coches de policía fueron volcados y dañados por cubanos furiosos y se registraron numerosas detenciones.
Preocupación internacional
Las protestas desbordaron las fronteras de Cuba. En Miami, miles de cubanos y cubanos-estadounidenses salieron a las calles del distrito del Little Habana para apoyar las protetas.
“Estos jóvenes de hoy finalmente han dicho ‘ya es suficiente, vamos a hacer lo que nuestros viejos no pudieron hacer’”, dijo a la AFP Yanelis Sales. “Cubanos, estamos aquí con ustedes desde Estados Unidos”.
Aunque reconoció la “insatisfacción” que pueden sentir algunos cubanos ante la escasez de alimentos y medicinas, combinada con los cortes diarios de electricidad, Miguel Díaz-Canel también acusó a su viejo enemigo Washington de estar actuando.
“Hay un grupo de gente, contrarevolucionaria, mercenaria pagados por el gobierno de los Estados Unidos, pagada indirectamente a través de agencias del gobierno de Estados Unidos para armar este tipo de manifestaciones”, afirmó.
Tras una breve reconciliación entre 2014 y 2016, las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos están en su nivel más bajo desde que Donald Trump endureció el embargo en vigor desde 1962, denunciando violaciones de derechos humanos y apoyo de La Habana al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.
Estas sanciones, así como la ausencia de turistas debido a la pandemia, han sumido a Cuba en una profunda crisis económica y han generado un fuerte malestar social, seguido de cerca en Washington y el continente americano.
“Reconocemos el legítimo reclamo de la sociedad cubana por medicinas, alimentos y libertades fundamentales”, tuiteó de su lado Luis Almagro, secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA).
“Condenamos al régimen dictatorial cubano por llamar a civiles a reprimir y a la confrontación contra quienes ejercen sus derechos de protesta”, añadió.
“La dictadura debe entender que no toleraremos el uso de la fuerza bruta para amordazar las aspiraciones del pueblo cubano”, advirtió de su lado el senador estadounidense Bob Menéndez en un comunicado.
Fuente: AFP