Diez personas de una misma familia resultaron muertas este sábado en un bombardeo de Israel en la Franja de Gaza, informaron fuentes médicas de este enclave palestino.
Ocho niños y dos mujeres, todos pertenecientes a la familia Abu Hatab, perecieron en el campamento de refugiados de Al Shati al desplomarse el inmueble de tres pisos donde se hallaban, tras el bombardeo israelí, según estas fuentes.
Entre los objetivos, según un comunicado de ejército, se hallaba uno de los cuarteles generales de Taufik Abu Naim, comandante de las fuerzas de seguridad de Hamás, así como varios “lugares usados para los lanzamientos de cohetes” al norte y al sur del enclave, además de edificios de la “inteligencia militar” de Hamás.
El último balance de las autoridades palestinas era el viernes por la noche de 126 muertos, entre ellos 31 niños, y 950 heridos en los bombardeos que Israel lleva a cabo desde el lunes pasado en Gaza.
El ejército israelí anunció este sábado que había bombardeado una “oficina de operaciones” de Hamás cerca del centro de la ciudad de Gaza, en ataques nocturnos contra lo que el ejército denomina “lugares de lanzamiento subterráneos” de cohetes. También bombardeó un “centro de información militar”, informó en Twitter, así como “centros de lanzamiento de cohetes tierra-superficie” y “dos escuadrones terroristas”.
Desde el lunes, desde la Franja de Gaza se han disparado más de 2.000 cohetes contra Israel, que han matado a 9 personas, entre ellas un menor y un soldado, y han herido a 560. Según el ejército, el escudo antimisiles “Cúpula de Hierro” ha interceptado en torno al 90% de los proyectiles.
Pese a los llamados internacionales a favor de la desescalada, el ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha advertido que su ejército infligirá “serios reveses” al movimiento “terrorista” Hamás, que controla el enclave de Gaza. “Lo están pagando y van a continuar pagando caro. Todavía no ha acabado”.
Enfrentamientos nocturnos
El nuevo conflicto estalló tras el lanzamiento desde Gaza de una andanada de cohetes contra Israel en “solidaridad” con los más de 700 palestinos heridos en los disturbios con la policía israelí en la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este, sector palestino ocupado por Israel desde 1967.
Los disturbios en la explanada, tercer lugar santo del islam, fueron la culminación de fuertes tensiones y enfrentamientos en Jerusalén Este, debido, sobre todo, a la amenaza de expulsión de familias palestinas a favor de colonos judíos en un barrio de la Ciudad Santa.
Israel empezó a bombardear Gaza el lunes en respuesta a los disparos de cohetes contra Jerusalén por el brazo armado del partido islamista Hamás, que gobierna el enclave, y otros grupos armados palestinos. El sábado por la mañana, las alarmas seguían ululando en el sur del país.
En total, Israel ha bombardeado unos 800 objetivos, en particular la red de túneles subterráneos que permiten a los combatientes y dirigentes de Hamás desplazarse, así como una “brigada terrorista” responsable de los disparos de cohetes.
Los bombardeos y las columnas de humo, visibles a kilómetros a la redonda, han reducido edificios de viviendas a las ruinas en el pequeño territorio palestino donde se hacinan dos millones de palestinos.
En Cisjordania, de Ramalá a Hebrón y en todo el territorio ocupado por Israel desde 1967, los palestinos, en una lucha desigual, lanzan piedras y cócteles explosivos contra las fuerzas israelíes que responden con balas de caucho y en algunos casos, con munición real.
Un palestino fue abatido tras intentar apuñalar a un soldado en el norte de Ramalá, según el ejército israelí, que informó el sábado de un nuevo intento de ataque con cuchillo durante un “violento disturbio” en Naplusa.
Nuevas tensiones nocturnas se registraron en el barrio de Shuafat en Jerusalén Este, donde los jóvenes manifestantes palestinos quemaron escombros y la policía israelí respondió con gases lacrimógenos.
Frontera israelo-libanesa
Israel combate asimismo en otro frente: el recrudecimiento de los disturbios desde el martes entre árabes y judíos en varias ciudades mixtas del país. Cerca de 1.000 policías han sido enviados para reforzar la seguridad y más de 450 personas, judíos y árabes, han sido detenidos, 52 solo el viernes.
En Lod, judíos y árabes vivieron su cuarta noche de toque de queda.
Los manifestantes árabes israelíes “son una minoría significativa que socava los lazos tejidos entre judíos y árabes”, comentó Netanyahu, al anunciar el despliegue de nuevas fuerzas. Los árabes israelíes son los palestinos que permanecieron en su tierra tras la creación de Israel en 1948.
Asimismo, en la frontera israelo-libanesa, soldados israelíes dispararon contra manifestantes libaneses que lograron penetrar brevemente a territorio israelí. Un miembro del Hezbolá que participaba en la manifestación fue muerto a tiros.
En la noche, se dispararon tres cohetes desde Siria, otro vecino de Israel, sin que causaran daños.
Ante la escalada, el Consejo de Seguridad de la ONU tiene previsto reunirse el domingo, mientras el emisario estadounidense, encargado de las relaciones israelo-palestinas, Hady Amr, llegó el viernes a Israel, según la embajada de Estados Unidos.
Fuente AFP