Darren Penaredondo, de 28 años, fue visto el viernes 2 de abril después de que supuestamente lo obligaran a hacer 300 sentadillas como castigo por violar el toque de queda por la Covid-19 en Filipinas.
Su esposa, Reichelyn, quien grabó el video y se lo entregó a los medios de comunicación para que lo publicaran, desconocía la gravedad de su condición, de manera que en cierto momento se le escucha reír mientras le dice: “intenta ponerte de pie una vez más. ¿A dónde vas? No puedes subir las escaleras, te caerás. Cuidado”.
Darren colapsó más tarde esa noche y al día siguiente declararon su muerte, pues los médicos no pudieron hacer nada. Ahora la policía está investigando la muerte.
Se afirma que la policía local capturó a Darren Penaredondo, de 28 años, mientras intentaba comprar una botella de agua en una tienda de alimentos, el 1 de abril, poco después del toque de queda a las 6 de la tarde que se aplica en la provincia de Cavite, Filipinas. Llevaron al trabajador al ayuntamiento municipal junto con otras personas que habían infringido las normas del confinamiento, donde les obligaron a hacer sentadillas con rebote, algo que al parecer se ha convertido en un castigo común en el país durante las restricciones por la covid-19.
El ejercicio es una mezcla entre una sentadilla y una flexión. Los guardias no permitieron que el grupo se fuera hasta que completaron 100 repeticiones del ejercicio a la vez. A pesar de que hicieron 100 repeticiones, los guardias dijeron que no las habían hecho correctamente, así que todo el grupo se vio obligado a comenzar de nuevo desde el principio, de manera que terminaron haciendo tres series, un total de 300 sentadillas.
Darren pasó toda la noche sometido al castigo extenuante y solo pudo regresar a casa en las primeras horas de la mañana del 2 de abril. Un compañero que también había violado las normas del confinamiento lo ayudó a llegar a casa pues apenas podía caminar. Lo esperaba su preocupada esposa, Reichelyn Balce, que había estado despierta toda la noche.
Reichelyn dijo que a Darren le costaba caminar y solo podía gatear debido a la fatiga, agravada por la sed y el hambre. Colapsó más tarde esa misma noche y murió al día siguiente. Su esposa devastada contó: “Cuando llegó a casa el viernes, alrededor de las 8 de la mañana, lo ayudaba un compañero que también había violado el confinamiento y lo habían arrestado junto a él. Le pregunté si lo habían golpeado y, aunque solo sonrió, era obvio que estaba sufriendo. A lo largo de ese día, intentó caminar, pero solo podía gatear por el suelo para levantarse. Sin embargo, no me lo tomé en serio porque dijo que le dolían las rodillas y los muslos, al igual que el cuerpo”.
La afligida esposa explicó que después de descansar durante varias horas, Darren comenzó a tener convulsiones e incluso perdió el conocimiento. Pudieron revivirlo, pero finalmente murió el 3 de abril.
Ella agregó: “Cuando me pidió ayuda para ir a orinar, empezó a convulsionar. Tuvo convulsiones y su rostro se puso morado. Su corazón dejó de latir. Le pedí a nuestros vecinos que le hicieran una reanimación cardiopulmonar, luego regresaron los latidos”.
El jefe de la aldea de Tejero, Rodolfo Cruz Jr, confirmó que el hombre era una de las personas que habían detenido por violar el confinamiento el 1 de abril, pero esa misma noche lo trasladaron bajo la custodia de los policías de la ciudad de General Trias.
Sin embargo, el jefe de policía de general Trias, el teniente coronel de policía Marlo Nillo Solero, negó haber castigado a los infractores. Dijo: “En cuanto a las afirmaciones de sentadillas, no aplicamos ese castigo, solo los sermoneamos”. El alcalde general de General Trias, Antonio Ferrer, afirmó que ya se había puesto en contacto con la familia de Darren para ofrecerles su ayuda mientras la investigación está en curso. “Me puse en contacto con su familia para ofrecerles mis condolencias y asistencia. Queremos saber qué pasó realmente, por el bien de la familia”, afirmó.