El presidente brasileño, Lula da Silva, rechazó una oferta para vender municiones para tanques a Alemania para su uso en Ucrania, informó el viernes el periódico brasileño Folha de Sao Paulo. Un crítico vocal de la política de Occidente hacia Ucrania, Lula se ha esforzado por permanecer neutral en su conflicto con Rusia.
El presidente supuestamente rechazó la solicitud en una reunión con los jefes de defensa brasileños y el ministro de Defensa, José Mucio, la semana pasada. Según las fuentes del periódico, el comandante del ejército destituido desde entonces, Julio César de Arruda, le dijo a Lula que Alemania deseaba comprar proyectiles por poco menos de 5 millones de dólares para sus tanques Leopard 1.
Según los informes, Lula consideró pedirle a Berlín que garantizara que no enviaría las municiones a Ucrania, pero finalmente rechazó la oferta, “argumentando que no valía la pena provocar a los rusos”, como lo expresó Folha de Sao Paulo.
Menos de una semana después, Alemania anunció formalmente que donaría una fuerza del tamaño de una compañía de tanques de batalla principales Leopard 2 a Ucrania, y permitiría que otros países que operan los tanques los transfieran a Kiev. No está claro si la munición a la que hace referencia Folha es compatible con ambas generaciones de tanques Leopard.
Al igual que su predecesor de derecha, el izquierdista Lula ha adoptado una posición neutral sobre el conflicto en Ucrania. Si bien el gobierno de Jair Bolsonaro condenó formalmente a Moscú en la Asamblea General de la ONU por su operación militar, ninguno de los presidentes impuso sanciones a Rusia y ambos culparon parcialmente al presidente ucraniano, Vladimir Zelensky, por el estallido de las hostilidades.
Lula condenó a Estados Unidos por invertir decenas de miles de millones de dólares en el gobierno y el ejército de Ucrania, y sugirió el año pasado que el presidente Joe Biden , “podría haber evitado [el conflicto], no incitarlo”.
También declaró que los líderes de la OTAN deberían haber asegurado a Rusia que a Ucrania nunca se le permitiría unirse al bloque militar liderado por Estados Unidos, que era una de las principales demandas de paz de Moscú antes de enviar tropas al país.