La ministra del Interior británica, Priti Patel, aprobó este viernes la extradición del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a Estados Unidos. Sin embargo, el periodista australiano apelará la decisión.
Washington lo solicita para enfrentar 18 cargos, la mayoría relacionados con espionaje. Las acusaciones están vinculadas con la publicación, en 2010, de miles de documentos militares y diplomáticos clasificados que pusieron a la diplomacia estadounidense contra las cuerdas.
Londres da luz verde a la extradición de Julian Assange, pero su saga penal no termina.
El pronunciamiento de la ministra del interior, Priti Patel, llega después de que el pasado 20 de abril un tribunal dejara la decisión en manos del Gobierno, tras dictaminar que no existían dudas legales sobre las garantías entregadas por Estados Unidos para el buen trato y respeto a la integridad del acusado.
Ese fallo se produjo después de una batalla legal que llegó hasta la Corte Suprema del Reino Unido.
“Según la Ley de Extradición de 2003, el secretario de Estado debe firmar una orden de extradición si no hay motivos para prohibir que se emita la orden (…) Las solicitudes de extradición solo se envían al ministro del Interior una vez que un juez decide que puede proceder después de considerar varios aspectos del caso”, ratificó un comunicado de la oficina de Patel.
Pero los abogados de Assange han argumentado que la promesa del Gobierno de EE. UU. de que el detenido no será sometido a condiciones extremas no tiene sentido porque es condicional y podría modificarse a discreción de las autoridades de ese país.
Inicialmente, un juez de un tribunal de distrito británico había rechazado la solicitud de extradición con el argumento de que era probable que Assange se suicidara si se le recluía en las duras condiciones carcelarias de Estados Unidos.
Posteriormente, las autoridades estadounidenses aseguraron que el fundador de WikiLeaks no enfrentaría el trato severo que, según sus abogados, pondría en riesgo su salud física y mental.
Assange apelará la orden de extradición
Si bien Patel, anunció que el Gobierno aprueba su entrega, una apelación esperada por parte del equipo legal de Assange reiniciaría el reloj en una nueva batalla legal en los tribunales.
El acusado conserva la posibilidad de apelación en un plazo de 14 días y Wikileaks confirmó que el australiano hará uso de ese derecho.
Es probable que la solicitud para anular la extradición se centre en motivos como el derecho a la libertad de expresión y en si el requerimiento para su entrega tiene motivaciones políticas.
La prensa británica ha reportado que Patel evaluó si la solicitud de extradición de Estados Unidos cumplía con las pruebas legales, incluida la promesa de no ejecutarlo.
Según el comunicado de la ministra del Interior británica, “tampoco han encontrado que la extradición sería incompatible con sus derechos humanos, incluido su derecho a un juicio justo y a la libertad de expresión, y que mientras esté en Estados Unidos será tratado adecuadamente, incluso en relación con su salud”.
Esposa de Assange señala riesgo de suicidio
Tras conocer la orden de la ministra del Interior, la esposa del periodista acusado, Stella Assange, ofreció una rueda de prensa en Londres en la que expuso que el comunicador se suicidaría si es extraditado a EE. UU.
“Julian quiere vivir, con la posibilidad de libertad, la posibilidad de estar con sus hijos y conmigo. El hecho es que si lo extraditan a Estados Unidos, las condiciones en las que estará serán tan opresivas (que) lo impulsarán a quitarse la vida», aseguró.
La esposa de Assange declaró que para el fundador de Wikileaks es «extremadamente difícil» aceptar que «su vida se esté decidiendo por cuestiones políticas».
No obstante, la mujer expresó que se aferra a cualquier posibilidad de detener su traslado. “No es el final del camino», dijo y prometió «luchar hasta el final» para que no sea entregado.
Las acusaciones de EE.UU. contra Julian Assange
El fundador de Wikileaks enfrenta un juicio acusado de 18 cargos en total; 17 de ellos relacionados con espionaje y uno por piratería informática. Los fiscales estadounidenses afirman que el periodista australiano ayudó de manera ilegal a la analista de inteligencia del Ejército de EE. UU., Chelsea Manning, a robar cables diplomáticos clasificados y archivos militares que WikiLeaks publicó, lo que puso vidas en riesgo.
Sin embargo, para sus defensores y organizaciones de derechos humanos, Assange actuó como periodista y no debió ser imputado, debido a que la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos garantiza la libertad de prensa.
Los documentos publicados por el portal de filtraciones revelaron secretos sobre las campañas militares estadounidenses en Irak y Afganistán, donde se expuso decenas de irregularidades, crímenes y excesos.
Entre los archivos que el mundo conoció, se destaca un video en que se observa cómo helicópteros de combate estadounidenses dispararon contra civiles en Irak, en 2007. Ese ataque dejó a una docena de civiles muertos, incluidos dos periodistas de la agencia de noticias Reuters.
Los abogados de Assange afirman que podría enfrentar hasta 175 años de cárcel si es declarado culpable en Estados Unidos, aunque las autoridades de ese país han señalado que es probable que cualquier sentencia sea mucho menor.
La extradición de Assange pende de un hilo y para Amnistía Internacional, “lo pondría en riesgo y envía un mensaje escalofriante a los periodistas de todo el mundo”.
Fuente: France 24