MILWAUKEE, Wisconsin, EE.UU. (AP) — La última vez que los republicanos se reunieron para una convención completa, estaban plagados de divisiones internas y miedo. La moral estaba casi por los suelos. Y el candidato presidencial del partido mostró poco deseo o capacidad de sumar nuevos votantes a su coalición política. Qué diferencia hacen ocho años.
Los funcionarios, estrategas y activistas republicanos que abarrotaron Milwaukee para la Convención Nacional Republicana esta semana expresaron una confianza colectiva en un nivel no visto en décadas. Los abucheos y las luchas internas empañaron la primera convención de Donald Trump en 2016, pero esta fue definida por muestras abrumadoras de unidad cuando los líderes republicanos —entre ellos los escépticos de Trump— se deleitaron con lo que la mayoría ve como una victoria casi segura en noviembre.
La supervivencia de Trump después de casi ser asesinado en un acto de campaña en Pensilvania durante el fin de semana, opinaron, fue la última pieza para unir a todos a pesar del extraordinario bagaje personal y político del expresidente.
“Se siente como en 1980”, dijo un sonriente Ed Cox, presidente del Partido Republicano en Nueva York, en la alfombra roja para la convención de esta semana, al referirse a la aplastante victoria presidencial de Ronald Reagan. Cox señaló que se gesta una sensación de inevitabilidad en torno a Trump y al Partido Republicano. “Finalmente nos unimos completamente”.
Para los demócratas, es uno de sus peores momentos.
En Washington, el partido intensificó un esfuerzo de cabildeo público y privado para obligar al presidente Joe Biden a abandonar la contienda tras su desastroso debate contra Trump el mes pasado. Los donantes, funcionarios electos y dirigentes de la propia campaña de Biden no creen que pueda ganar.
Y una encuesta de AP-NORC Center for Public Affairs Research indicó que la gran mayoría de los votantes demócratas han perdido la confianza en la capacidad de Biden para gobernar y quieren que se quite del camino antes que sea demasiado tarde para frenar a Trump.
Sólo alrededor de un tercio de los demócratas cree que Biden es más capaz de ganar en noviembre que Trump, según la encuesta, que también reveló que casi dos tercios de los demócratas dicen que Biden debería retirarse de la contienda presidencial y dejar que su partido nomine a otro candidato.
En contraste, alrededor de 7 de cada 10 republicanos opinan que Trump es más capaz de ganar las elecciones. Casi ningún republicano cree que Biden sea más capaz de ganar. Entre los que dudan se encuentran los votantes demócratas negros, que constituyen la columna vertebral de la coalición política de Biden. Sólo aproximadamente la mitad de los demócratas negros cree que Biden está en mejores condiciones de ganar, según la encuesta.
Muchos demócratas ahora creen en privado —o tal vez esperan— que alguien que no sea Biden suba al escenario para aceptar la nominación del partido cuando comience la Convención Nacional Demócrata en Chicago dentro de un mes.
Horas antes del discurso triunfal de Trump en la convención del jueves, un alto funcionario de la campaña de Biden rechazó repetidamente una avalancha de nuevas preguntas sobre si el presidente se hará a un lado.
“No quiero ser grosero, pero no sé cuántas veces más puedo responder eso”, dijo Quentin Fulks, subdirector principal de la campaña de reelección de Biden, en una conferencia de prensa en Milwaukee cuando se le preguntó si tal vez el compromiso del presidente con su reelección se debilita. “No hay planes para reemplazar a Biden en la boleta”.
AÚN HAY MUCHO TIEMPO PARA SORPRESAS
Faltan 109 días para el día de las elecciones. Las primeras votaciones anticipadas se emitirán dentro de sólo ocho semanas. Y las elecciones recientes sugieren que la sabiduría convencional a menudo está equivocada.
Algunas encuestas nacionales muestran una contienda reñida, aunque otras sugieren que Trump lleva la ventaja. Hay sondeos estatales que también han mostrado señales de advertencia para Biden, incluida una encuesta reciente de The New York Times/Siena que sugería una contienda cerrada en Virginia, un estado que los republicanos ganaron por última vez hace 20 años.
Pero la historia está cargada de ejemplos de derrotas políticas sorprendentes, entre ellas la elección del propio Trump, en 2016, contra la demócrata Hillary Clinton.
“Cada vez que empieces a tener confianza, lee un artículo sobre Tom Dewey”, dijo Newt Gingrich, expresidente de la Cámara de Representantes, en un almuerzo de la convención esta semana, sobre un republicano que era favorecido frente a un presidente demócrata en apuros en 1948.
“Tom Dewey estaba escogiendo su gabinete… a mediados de septiembre porque las elecciones habían terminado”, dijo Gingrich. “Los republicanos estaban completamente confiados. Y Harry Truman ganó”.
Trump también llega a las elecciones generales con enormes lastres legales.
Es el primer candidato de un partido importante que es declarado responsable de abuso sexual en un juicio civil. En mayo, fue hallado culpable de 34 delitos graves por intentar ocultar pagos de dinero realizados a una exactriz porno durante las elecciones de 2016.
Los alborotadores leales a Trump irrumpieron en el Capitolio de Estados Unidos hace menos de cuatro años inspirados por sus mentiras sobre las elecciones que perdió ante Biden. En la gran mayoría de sus apariciones públicas en los años posteriores, Trump ha difundido las mismas mentiras sobre fraude electoral que desencadenaron la insurrección —y ha sentado las bases para exhortos similares si no gana en noviembre.
Políticamente, el expresidente se atribuye el mérito de que la Corte Suprema revocara el caso Roe vs. Wade, que ha provocado una avalancha de restricciones impopulares al aborto en todo el país, a pesar de que intenta distanciarse de los llamados republicanos a una prohibición nacional del aborto.
Y durante meses, los demócratas lo han ligado con las ideas radicales del Proyecto 2025 de la organización conservadora Heritage Foundation que busca promover políticas conservadoras, integrada por muchos de sus aliados y exasistentes, que ha propuesto despedir a decenas de miles de trabajadores gubernamentales e imponer cambios radicales en la vida estadounidense.
CAMPAÑA DE TRUMP SE ENFOCA EN ESTADOS DE TENDENCIA DEMÓCRATAS
Pero docenas de republicanos entrevistados en la convención esta semana señalaron una rara confluencia de acontecimientos —desde una jueza designada por Trump que desestimó, en Florida, el caso en su contra sobre documentos clasificados hasta las dificultades de Biden y el fallido intento de asesinato del 13 de julio— que les da una confianza suprema.
Henry Barbour, miembro del Comité Nacional Republicano, quien no apoyó a Trump en las recientes elecciones primarias, predijo que Trump está a punto de convertirse en el primer republicano en 20 años en ganar el voto popular.
“No voté por Trump en las primarias. Voté por Nikki Haley. Pero me conmueve que hable de su deseo de unir al país”, dijo Barbour. “Pasar por una experiencia casi de muerte, y yo la he pasado, realmente tiende a enfocar la mente”.
Matt Mowers, un estratega que trabajó en la primera campaña política de Trump, dijo que el peor día de Trump en la campaña de 2024, políticamente hablando, es mejor que su mejor día durante su campaña de 2016.
Y Tony Fabrizio, encuestador y asesor sénior de Trump, dijo que el expresidente ahora tiene más de dos docenas de caminos realistas para conseguir los 270 votos electorales necesarios para ganar la presidencia.
Lo más probable, expresó, es agregar Georgia y Pensilvania a los estados que Trump ganó en 2020. Pero Fabrizio también señaló oportunidades legítimas para competir en Minnesota y Virginia, de tendencia demócrata, e incluso en bastiones demócratas como Nuevo México, Nueva Jersey y Maine.
“Cuanto más nieguen la situación, mejor será para nosotros”, subrayó Fabrizio.