MIAMI (AP) — El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ingresó a la campaña presidencial 2024 el miércoles, al sumarse a una atestada contienda primaria republicana que pondrá a prueba tanto su prestigio nacional de defensor de posiciones de derecha como la disposición del partido a dejar atrás al expresidente Donald Trump.
El republicano de 44 años presentó sus documentos a la Comisión Federal Electoral y más tarde mantendrá una conversación online con el director general de Twitter, Elon Musk.
Es un nuevo capítulo en su extraordinario ascenso desde legislador casi ignoto a dos veces gobernador de Florida y figura prominente en las enconadas disputas sobre raza, género, aborto y otros asuntos contenciosos. Se considera a DeSantis el mayor rival de Trump por la candidatura republicana, aunque muchos cuestionan si está preparado para entrar a la escena nacional.
El anuncio de su candidatura se transmitirá solo por audio en Twitter Spaces a partir de las 6 de la tarde EDT (2200 GMT). Luego aparecerá en horario central en programas conservadores como Fox News y el programa de radio de Mark Levin.
El rumor de que DeSantis se sumaría a la contienda corría desde hace meses, y se le considera uno de los republicanos con mayores probabilidades de arrebatarle la Casa Blanca al demócrata Joe Biden. Los republicanos dicen que el presidente de 80 años ha virado excesivamente a la izquierda y no ha sabido enfrentar problemas tales como la inflación, la inmigración y el delito.
El republicano que gane las primarias enfrentará Biden en la elección general de noviembre de 2024.
DeSantis inicia su campaña junto a Trump en una primera fila de dos, según las encuestas, la recaudación de fondos y la infraestructura de campaña.
Los dos aspirantes tienen mucho en común.
DeSantis, quien probablemente no hubiera sido gobernador de Florida sin el respaldo de Trump, ha adoptado la personalidad fogosa, las políticas populistas e incluso parte de su retórica y gestos.
Con todo, DeSantis tiene algo de lo que carece Trump: puede argumentar que sería más elegible que el expresidente, que enfrenta varias amenazas legales y viene de presidir derrotas republicanas en tres elecciones nacionales consecutivas.
Hace apenas seis meses, DeSantis ganó su reelección en Florida con una asombrosa ventaja de 19 puntos porcentuales, mientras los republicanos en otros estados resultaban derrotados. También registró varias victorias legislativas en la sesión de la legislatura, controlada por su partido.
Pero aunque es un peso pesado en Florida y aparece regularmente en Fox News, sus alados reconocen que es poco conocido en otros estados.
Nativo de Florida con raíces familiares en el centro-norte del país, DeSantis estudió en la Universidad de Yale, luego estudió derecho en Harvard y fue oficial de la Abogacía General de la Marina de Estados Unidos, puesto que lo llevó a Irak y al campo de detención de Guantánamo.
Llegó al Congreso en 2012 y fue un fundador del Freedom Caucus, un bloque de extrema derecha en el legislativo.
A pesar de su trayectoria, amigos y enemigos por igual destacan su falta de carisma y rapidez mental en la campaña, que suelen ser característicos de los candidatos ganadores en el nivel nacional. Como gobernador, ha hecho grandes esfuerzos por evitar las apariciones públicas sin libreto y la vigilancia de la prensa, lo cual es difícil, si no imposible, para un candidato presidencial.