El expresidente Donald Trump fue imputado el martes por sus esfuerzos generalizados de revertir las elecciones de 2020, luego de una amplia investigación federal sobre su intento de aferrarse al poder después de perder la presidencia ante Joseph Biden.
La imputación la presentó el fiscal especial Jack Smith en la Corte Federal de Distrito en Washington.
Se acusa a Trump de tres conspiraciones: una para defraudar a Estados Unidos, otra para obstruir un procedimiento oficial del gobierno y una tercera para privar al pueblo de derechos civiles previstos en la ley federal o la Constitución.
“Cada una de estas conspiraciones, que se aprovechaban de la desconfianza generalizada que el acusado creaba a través de mentiras generalizadas y desestabilizadoras sobre el fraude electoral, atacaban una función esencial del gobierno federal de Estados Unidos: el proceso nacional de recolección, conteo y certificación de resultados de las elecciones presidenciales”, decía la acusación.
También se indicó que Trump tuvo seis conspiradores, pero no los nombró.
Los cargos representan un momento extraordinario en la historia estadounidense: un expresidente, que está en campaña para regresar a la Casa Blanca, ha sido imputado por sus intentos de usar los mecanismos del poder gubernamental con el fin de trastocar la democracia y quedarse en el cargo contra la voluntad de los votantes.
La acusación se produjo más de dos años y medio después de que una turba favorable a Trump —alentada por los discursos incendiarios del exmandatario y sus aliados— irrumpieron en el Capitolio el 6 de enero de 2021, en el peor ataque contra la sede del Congreso desde la Guerra de 1812.
Un gran jurado federal devolvió la acusación unos ocho meses después de que el procurador general Merrick Garland nombrara a Smith, un fiscal federal de carrera, para que supervisara dos investigaciones contra Trump, una sobre el manejo de documentos clasificados y la otra sobre la manipulación de las elecciones.
Sucedió un año después de que la Cámara de Representantes realizó audiencias de alto nivel sobre el ataque del 6 de enero y sus causas que dieron como resultado pruebas extensas de los esfuerzos de Trump por revertir los resultados electorales.
Garland procedió a nombrar a Smith como fiscal especial unos días después de que Trump declarara que volvía a postularse.
El expresidente enfrenta dos acusaciones federales distintas. En junio, Smith presentó cargos en Florida acusando a Trump —el principal contendiente a la nominación republicana a la presidencia para 2024— de retener de manera ilegal un conjunto de documentos de defensa nacional muy delicados y luego obstaculizar los intentos del gobierno para recuperarlos. Se espera que ese caso llegue a juicio en mayo.
El esquema que Smith imputó el martes en el caso de la elección se desarrolló sobre todo en los dos meses transcurridos entre el Día de las Elecciones en noviembre de 2020 y el ataque al Capitolio. En ese tiempo. Trump participó en un amplio repertorio de esfuerzos para permanecer en el poder, a pesar de haber perdido frente a Biden en la contienda presidencial.
Trump también enfrenta dificultades legales en las cortes estatales, además de los cargos a nivel federal en los casos de los documentos y las elecciones.
La oficina del fiscal de distrito de Manhattan lo acusó en un caso enfocado en pagos hechos a la estrella porno Stormy Daniels con el fin de acallarla antes de las elecciones de 2016.
Los esfuerzos de Trump y sus aliados para revertir su derrota electoral también son motivo de otra investigación a cargo del fiscal de distrito del Condado de Fulton, Georgia. Parece ser que esa indagatoria podría formular cargos este mes.
Fuente: nytimes.com