El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, dijo el domingo que una delegación ucraniana se reuniría con una delegación rusa «sin condiciones previas».
Zelensky informó a través de Telegram luego de una conversación con el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, que los dos grupos se reunirían en la frontera entre Ucrania y Bielorrusia, cerca del río Pripyat.
«Lukashenko ha asumido la responsabilidad de garantizar que todos los aviones, helicópteros y misiles estacionados en territorio bielorruso permanezcan en tierra durante el viaje, las conversaciones y el regreso de la delegación ucraniana», dijo Zelensky.
Zelensky había rechazado previamente una oferta rusa para reunirse en Minsk y ofreció lugares alternativos, incluidos Varsovia e Israel.
No está claro qué se puede lograr exactamente a partir de las negociaciones entre los enviados por el presidente ruso Vladimir Putin y Zelensky, dado que la invasión no provocada de Putin parece estar dirigida en gran medida a sacar a Zelensky del poder.
Putin ha pedido al ejército ucraniano que derroque a su presidente y sugirió absurdamente que la administración de Zelensky está compuesta por nazis (Zelensky es judío y perdió a miembros de su familia en el Holocausto).
El mandatario ruso tampoco está actuando de manera conciliadora. Ordenó a las fuerzas de disuasión nuclear de Rusia en alerta máxima el domingo, citando sanciones occidentales y «declaraciones agresivas».
Los funcionarios estadounidenses y ucranianos dicen que el plan de Rusia para rodear rápidamente a Kiev ha sido frustrado.
El Ministerio de Defensa de Ucrania dice que ha vuelto a tomar todo Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, que se encuentra en su frontera este con Rusia y ha sufrido algunos de los combates más duros de la guerra, después de que las fuerzas rusas la invadieran el sábado. Ucrania también confirmó que las fuerzas rusas volaron un gasoducto en Kharkiv.
Pero los analistas de defensa han advertido que es probable que Rusia responda a la dura resistencia ucraniana con tácticas aún más agresivas. El Kremlin dijo el sábado que intensificaría sus operaciones después de una «pausa». Las fuerzas de Chechenia han entrado en la lucha, mientras que las fuerzas bielorrusas se han preparado para desplegarse en apoyo de Rusia.
Un alto funcionario de defensa de EEUU dijo a los periodistas el sábado que Putin tenía «más del 50% de su poder total reunido ahora comprometido dentro de Ucrania» y que continuaba enviando miles de tropas más.
Mientras tanto, las sanciones occidentales y las señales de resolución continúan llegando. El domingo se compartieron ampliamente imágenes de rusos parados en largas filas en cajeros automáticos.
El Kremlin y los medios estatales continúan diciendo a los rusos que no se está produciendo ninguna «guerra» o «invasión», sino que afirman que hay una operación defensiva limitada en el este de Ucrania.
Las grandes protestas en Moscú y San Petersburgo, a pesar de la amenaza de arrestos masivos, indican que muchos rusos no lo creen.
Después de haber amenazado con censurar a cualquier publicación independiente que informe sobre bajas o agresiones rusas, el gobierno se está preparando para tomar medidas más duras contra sus ciudadanos.
El Kremlin anunció hoy que «la prestación de cualquier ayuda a un estado extranjero» durante la «operación militar» se consideraría traición, con una pena de hasta 20 años de prisión.