Moca, Espaillat.-El presidente de la Comisión de Derechos Humanos, filial Moca, licenciado Radhamés Mercedes, denunció que en las dos prisiones que existen en la localidad, el centro de la Isleta y la preventiva en el cuartel policial de la comunidad, se violan los derechos humanos de las personas privadas de libertad y se trafica con diversas drogas sin control de las autoridades.
El también abogado y dirigente popular, significó que las anormalidades que se cometen en los respectivos recintos carcelarios ocurren con el conocimiento de las autoridades locales y nacionales.
Lamentó que las dos cárceles de Moca no funcionan como centros de regeneración y educación para devolver sanas a la sociedad, a las personas que delinquen, sino que funcionan como escuelas formadoras de delincuentes, donde aquellos que llegan sanos reciben una maestría en delincuencia y criminalidad.
Mercedes afirmó que las prisiones de Moca, tanto el centro de corrección de La Isleta como la prisión preventiva que se encuentra en el cuartel policial, son lugares de tortura y esclavitud para aquellos que llegan allí por cualquier motivo, donde son maltratados como si estuvieran en una dictadura violenta.
Manifestó que las autoridades colaboran en la mayoría de los delitos cometidos en estos centros penitenciarios, lo que permite que ocurran situaciones irregulares y no ayuda a mejorar el sistema penitenciario nacional.
Solicitó la intervención de las autoridades nacionales para evitar que ocurran hechos como estos, que considera que son una vergüenza para la comunidad y un atropello a la dignidad humana de las personas recluidas en estos establecimientos.
“Esperamos que esto se resuelva y que estas violaciones a los derechos de las personas privadas de libertad dejen de ocurrir”, expresó.
El presidente de la comisión de los Derechos Humanos, produjo sus declaraciones al participar como invitado en el programa de televisión Coctel Político, que a través de Moca visión canal 48, produce y conduce los lunes, miércoles y viernes, el periodista y abogado Nicolás Arroyo Ramos.
Por Luis Ramón López