Moca, Espaillat.-El río Moca, sigue esperando que las autoridades oficiales y locales, conjuguen acciones y planes tendente a rescatar este importante afluente, que al cruzar la ciudad es un depósitos de desperdicios humanos, animal e industrial, que le ha causado casi la muerte
Este confluente que en el pasado era un río de abundante agua limpias y cristalinas, con muchas especies de peces, jaibas, camarones y una espesa vegetación de árboles propios en su rivera, que hoy se encuentra llena de asentamientos humanos.
En su cauce, un pequeño chorro de aguas negras, sucias y pestilentes, convertido también en un vertedero público, es el triste panorama de quien en vida era el balneario pueblerino de los mocanos.
Las autoridades, en su conjunto han sido ineficaz y tímidos en invertir y en gastar en su recuperación, sólo se han hecho esfuerzos temporeros individuales, donde instituciones internacionales ha hecho aportes millonarios a instituciones locales, sin que se hayan vistos los resultados.
Cada día aumentan en su rivera a todo lo largo las construcciones ilegales, sin que tampoco se detenga ni intervengan las autoridades, lo que taladra aún más el deterioro progresivo del río Moca.
Los diferentes sectores a favor del medio ambiente y la protección de los recursos naturales de Moca, y la región, han advertidos del deslustre y daños que todo esto está ocasionando, lo cual pone en evidencia cuando torrenciales aguaceros caen en la parte alta y baja del río, que provoca serias inundaciones a viviendas construidas a la orilla del río.
Ninguna de las instituciones públicas y municipales, tienen un plan real y práctico que llegue para sanear el río, que cada día luce un vertedero y una cloaca municipal; lleno de basuras, excrementos humanos, desperdicios industriales y de otras índoles, que han casi sepultado lo que era el río Moca.
Se han realizado actividades sin planificación ni presupuestos continuos, que más persiguen figureos en los medios y nada más o para que instituciones internacionales se interesen.
Y que hablar de la salud de los lugareños que están expuestos a enfermedades y a la proliferación de plagas, de ratones, mosquitos y otras pestes propias de la suciedad y las inmundicias.
Por Luis Ramón López