Santo Domingo.- Cientos de dominicanos se afanaban este viernes en recuperar sus enseres entre el lodo, un día después de que una fuerte riada causada por la tormenta Isaías destrozara sus casas en Hato Mayor, la ciudad más afectada del país por el paso del ciclón.
Isaías, que a su paso por territorio dominicano todavía no se había convertido en huracán, obligó a evacuar a 5.210 personas en todo el país y causó daños en un millar de viviendas, en su mayoría en Hato Mayor, una pequeña ciudad agrícola en el este dominicano.
“Terrorífico” es la palabra más empleada este viernes en esta ciudad para describir lo vivido el jueves, cuando la tormenta barrió la zona con vientos sostenidos de 95 kilómetros por hora y descargando 254 milímetros de lluvia.
La tormenta causó el desbordamiento de los ríos Maguá y Paña-Paña, causando una de las peores inundaciones que se recuerdan en la provincia.
En la ciudad no hubo víctimas mortales gracias, en parte, a que los tejados y plantas superiores de algunas viviendas sirvieron de plataforma para salvarse de la riada, pero los destrozos son generalizados.
Una anciana vecina de esta población, María Alicia Díaz, cuenta, resignada, que su vivienda “ha quedado totalmente destruida”.
Mientras permanece sentada en la puerta de su casa, hace el relato del “terror” inesperado que les llevó la tormenta.
“Aquí pasó David, aquí pasó George, aquí pasó María. Pero como Isaías nada. Óigame, tiene nombre bíblico, pero Isaías es terrorista para algunas cosas”, dijo.
No es la única. Son muchos los vecinos que desean mostrar ante las cámaras la ruina en la que se han convertido sus hogares. Todos, sin excepción, tienen los suelos totalmente cubiertos de lodo. Algunas incluso han perdido las paredes.
Juan Alberto, cuya madre está inválida, fue el primero en colgar en las redes imágenes de las calles anegadas, donde el agua le llegaba al pecho a los vecinos, que no esperaban semejante catástrofe a causa de Isaías.
Este viernes las familias sacaron al exterior las pertenencias que han salvado para que se sequen al sol, aunque con un ojo puesto en el cielo, por si el traicionero Isaías manda un nuevo aguacero que termine de desbaratarlo todo.
Mientras, en el río y la cañada varias familias se afanaban en lavar las prendas que han podido rescatar en esas aguas aún turbias, sin que pareciera importarles ni el color del agua ni que ese fuera el origen de la inundación que los ha dejado con lo puesto.
La Cruz Roja está realizando un levantamiento de las necesidades de la población en esta zona, donde al menos 3.500 personas van a precisar del auxilio de la institución, según el presidente de la filial de la entidad en Hato Mayor, Enrique Marchena.
Los organismos de emergencias advirtieron este viernes de que se pueden producir nuevas inundaciones en el país, aunque el volumen de lluvias se ha reducido considerablemente después de que Isaías se alejase de territorio dominicano, en la noche del jueves.
El Centro de Operaciones de Emergencias (COE) mantiene el nivel de alerta roja (máxima) en ocho provincias porque los ríos están crecidos debido a las lluvias.
“Los ríos van a bajar crecidos ahora, hay que pedirle a la población que se abstenga de cruzarlos ya sea en vehículo o a pie”, dijo el director del COE, general Juan Manuel Méndez, en una rueda de prensa.
Según el balance de la institución, 131 localidades están incomunicadas por el desbordamiento de ríos, arroyos y cañadas; mientras que en varias provincias se han registrado deslizamientos de tierra y caídas de árboles.
El jueves se registró un fallecido en la ciudad de El Seibo, al este de Hato Mayor, por la caída de un cable eléctrico.
La tormenta también provocó daños en decenas de circuitos eléctricos, por lo que al menos 219.000 clientes están sin suministro eléctrico.