Santo Domingo.– Fieles de la Iglesia Católica y de credos evangélicos marcharon este sábado por el centro de Santo Domingo en una caravana de automóviles para oponerse a la despenalización del aborto, que en República Dominicana está totalmente prohibido y se castiga con la cárcel.
Largas filas de carros y camionetas identificados con banderas azul celeste circularon por las principales avenidas de la capital dominicana, haciendo sonar las bocinas, con destino al Congreso Nacional, donde se discuten dos iniciativas legislativas que podrían llevar a la despenalización del aborto en casos excepcionales.
“República Dominicana es provida” o “salvemos las dos vidas” eran mensajes recurrentes que aparecían estampados en banderas, camisetas y mascarillas usadas por los participantes en la caravana, que se dividió en varios grupos, mezclados con el tránsito normal de vehículos.
La manifestación motorizada se produjo en medio de un creciente debate acerca de la despenalización del aborto en tres situaciones, conocidas en República Dominicana como “las tres causales»- el riesgo para la vida de la madre, malformaciones del feto incompatibles con la vida y el embarazo fruto de la violación o el incesto.
Una sociedad dividida
La misionera católica Yadiris Díaz dijo que los organizadores de la marcha quieren demostrar que en República Dominicana “son más los que defienden la vida” que la “falacia” de las tres causales.
“Se ha querido entrar a una cultura de muerte en nuestra nación. Se ha querido autorizar las tres causales que no son más que tres falacias que van en contra de la dignidad del ser humano, que es el bebé que está por nacer”, dijo Díaz en declaraciones a Efe.
La división de la sociedad dominicana con respecto a este tema tan polémico llevó al presidente Luis Abinader a defender la semana pasada que sea el pueblo dominicano el que tome la decisión “de forma mayoritaria».
Sin decirlo de forma expresa, el mandatario pareció sugerir de este modo que propondrá un referéndum para decidir sobre las tres causales.
Abinader, que apoya las tres causales, ha descartado la opción de intentar influir en los diputados y senadores de su formación política, el Partido Revolucionario Moderno (PRM), que por convicciones o presiones religiosas han ignorado la posición oficial del partido a favor de la despenalización.
Dudas sobre los límites de las causales
En la caravana “provida”, varios manifestantes abordo de sus vehículos expresaron dudas con respecto al proyecto de las tres causales, apuntando que pueden abrir la puerta a que se permitan otros abortos que no se encajen en esas excepciones.
Uno de los manifestantes, Fernando Álvarez, dijo a Efe que “cualquiera puede justificar un aborto con las causales». “Una violación, o un feto con problema, te montan una sonografía… hay muchas cosas malas que vienen detrás de esas tres causales. No son solo tres, como lo están pintando”, comentó.
Otra mujer, Lilian Félix, que acudió a la marcha con su hijo en brazos, aseguró que acudió para “defender la vida de esos que no tienen voz, que piensan asesinar de las manos de sus madres». “En una violación o incesto, el bebé no tiene por qué ser culpable de algo que cometió otra persona. No estamos condenando al culpable sino al inocente”, valoró.
Dos vías legislativas
La despenalización del aborto tiene dos vías en el país caribeño, una de ellas, a través del nuevo Código Penal, cuyo debate comenzará en el pleno de la Cámara de los Diputados después de la Semana Santa, y otra, un proyecto de ley específico.
El borrador del Código Penal solo ha incluido solo una de las tres causales, el riesgo para la vida de la madre, y ha excluido los otros dos supuestos que reclaman las feministas. De forma paralela, una comisión especial de la Cámara de los Diputados comenzó hace unas semanas a estudiar la redacción de una ley específica sobre la interrupción del embarazo.
Esta comisión recibió la semana pasada al presidente de la Comisión Pastoral de la Vida del Episcopado, el obispo Víctor Masalles, y todavía no ha recibido a los grupos feministas que desde hace décadas luchan por la despenalización.
Uno de los problemas que encara la redacción de la nueva ley es la propia Constitución dominicana, puesto que protege la vida desde el momento de la concepción.